Ayer se celebraban en Santa Cruz de la Salceda las exequias por el hombre de 78 años que fue detenido el pasado mes de julio después de que dos mujeres presentasen contra él sendas denuncias por abusos sexuales cuando ambas eras menores de edad. Este hombre, G.M.A., llegó a prestar declaración en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Aranda de Duero por este caso a mediados de julio. A petición del Ministerio Fiscal, se acordó entonces su libertad provisional, «con las medidas de prohibición de aproximación a las presuntas víctimas y comunicación con ellas por cualquier medio, así como de retirada de armas de fuego si las tuviera», según informaron entonces fuentes judiciales. Desde entonces, residía en la capital ribereña, donde finalmente falleció sin haberse enfrentado al proceso judicial.

Que se tenga conocimiento, fueron dos las denuncias presentadas contra él, una de ellas por una mujer ya adulta que relató haber sufrido los abusos hace años y otra, aún una niña, cuyo padre acudió a la Guardia Civil unos días después de  que ocurrieran supuestamente los hechos. La pequeña, de 10 años, contó lo que presuntamente le había ocurrido con un señor mayor y su progenitor acudió al cuartel de la Benemérita para interponer la correspondiente denuncia. Poco después de comenzar la investigación, los agentes de Policía Judicial obtuvieron información de una posible segunda víctima, una joven que en la actualidad tiene 26 años y que tras ser localizada «rememoró haber sufrido hechos similares por un vecino del municipio cuando tenía 7 años», detallaron desde la Comandancia. 

Las víctimas relataron tocamientos, besos y otros hechos supuestamente cometidos contra su libertad sexual por G.M.A. en Santa Cruz de la Salceda, además de identificar un merendero del sospechoso como posible escenario. 

La Guardia Civil acudió con el detenido a la localidad ribereña para realizar un registro de este y otros inmuebles. La Benemérita confirió gran importancia a esta investigación, que bautizaron Operación Kurtz, en alusión al personaje de la novela En el corazón de las tinieblas y de la película Apocalypse Now, de la que se hizo cargo la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Burgos «dada la vulnerabilidad del colectivo y la gravedad de los hechos denunciados».