Heridos varios niños en las barracas de Miranda

ARSENIO BESGA / Miranda
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Los brazos de la atracción golpearon con el suelo y hubo personas con lesiones en la boca, las cervicales y ataques de ansiedad. El feriante reconoció que «se le había ido la mano»

La barraca, similar al clásico Saltamontes, estuvo precintada el sábado pero ayer volvió a abrir. - Foto: A.B.

La feria que aglutina multitud de atracciones en la explanada situada junto a la Comisaría registró un incidente durante la tarde del sábado que sembró el nerviosisimo entre los mirandeses. Corrían las seis y diez de la tarde cuando los brazos de una de las barracas, similar al tradicional Saltamontes, golpearon contra la chapa que cubre el suelo y provocaron que varios usuarios, entre ellos menores de edad, salieran heridos. De hecho, al menos tres personas necesitaron atención médica. Los agentes de la Policía Nacional precintaron la máquina hasta que se revisó para comprobar si tenía algún problema técnico y, finalmente, volvió a ponerse en funcionamiento ayer mismo.

Según explica una mirandesa, madre de una de las menores afectadas por daños leves, «la barraca estaba dando vueltas, llevaba como tres o cuatro, y de repente se oyó cómo uno de los brazos daba en la chapa de abajo, fue un estruendo grandísimo y todo el mundo se asustó mucho». La atracción continuó girando sobre su eje durante unos pocos segundos, hasta que, según relata esta testigo, una de las pasajeras adultas alzó la voz y «gritó para que la pararan». Para ese momento varios de los ocupantes ya se habían golpeado contra las protecciones de cada asiento o, por la inercia del brusco movimiento, habían notado otras dolencias.

Quienes vieron en directo estos hechos lo califican como «un verdadero caos».Su indignación toma cotas muy elevadas, entre otras cosas porque aquellos que controlaban la problemática barraca «no se preocuparon por nadie, solamente se dedicaron a poner excusas». La madre de una de las niñas que se había montado en la atracción recuerda que pidió «explicaciones» al feriante que estaba en el interior de la caseta y este le respondió que «se le había ido la mano y había dado más fuerte de lo normal».

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