La petrolera de La Lora se marcha sin haber logrado reactivar la producción

H. Jiménez / Burgos
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Sexto cambio de empresa en 50 años. La británica Leni Gas & Oil está a punto de vender los derechos de explotación por 9,3 millones de euros

Uno de los pozos de extracción en funcionamiento, con su característica forma de ‘caballito’. - Foto: DB/Patricia González

Los pozos de La Lora volverán a cambiar de manos por séptima vez en su historia. La Compañía Petrolífera de Sedano, empresa que explota los campos de Ayoluengo (en Sargentes de la Lora) y de Hontomín, además de ser titular de varios permisos de investigación en Basconcillos, Huérmeces y Valderredible, dejará de estar en manos de la británica Leni Gas & Oil (LGO).

La multinacional que cotiza en la Bolsa de Londres se encuentra en medio de un «proceso de desinversión en España» que comenzó a finales de 2011 con la búsqueda de capitales. Sin embargo, se topó con que las empresas interesadas en poner dinero querían ser también propietarias. En primavera se firmó el primer contrato de exclusividad con una empresa canadiense, pero no se llegó a un acuerdo definitivo y actualmente, está en vigor otro contrato de exclusividad para ultimar el proceso de compraventa.

Los planes de la empresa pasaban por cerrar la operación a lo largo del mes de julio, pero diversos flecos en las negociaciones han ido retrasándola y ahora la fecha límite está fijada para el 21 de septiembre. Por el momento (y según los comunicados para sus inversores emitidos en las últimas semanas por Leni Gas & Oil) la compradora ha depositado una fianza de 300.000 euros (200.000 inicialmente más otro plazo de 100.000) y la operación está penalizada con un recargo de 50.000 euros diarios en caso de nuevos retrasos.

De hecho, la valoración inicial de la transacción fijada en 8 millones de euros se ha elevado ya hasta los 9,3 millones para reflejar los efectos de la demora. LGO ha anunciado que destinará el dinero obtenido a la explotación de otros pozos que posee en la isla caribeña de Trinidad y Tobago, donde pretende centrar sus esfuerzos.

RAVI Corporate Sociedad Limitada es el nombre de la empresa a manos de la cual pasará la explotación. Desde que en 1964 brotara petróleo por primera vez en el norte de la provincia de Burgos ya han pasado por La Lora Amospain (filial de Standard Oil y Texaco), Chevron, Repsol, Northern Petroleum, Ascent Resources y la propia LGO.

La marcha de la empresa británica supone un jarro de agua fría sobre un proyecto que hace solo dos años prometía devolver la esperanza al páramo, donde el hallazgo del ‘oro negro’ despertó unas expectativas nunca cumplidas. En mayo de 2010, Leni anunciaba un acuerdo con la también inglesa British Petroleum (BP), a quien vendería el crudo obtenido de Ayoluengo para ser refinado en Castellón. En aquel entonces el director ejecutivo de LGO, Fraser Pritchard, explicaba que existían «expectativas de un gran aumento de producción» hasta alcanzar los 10.000 barriles diarios en un plazo de 3 o 4 años.

La realidad, sin embargo, ha resultado distinta y en la actualidad se extraen unos 170 por jornada, muy lejos del máximo de producción alcanzado en 1969 con unos 4.000. La propia empresa admite que «no cumplimos nuestros objetivos fijados en 2010», pero añade que BP «todavía está interesada en nuestro crudo» y que «tenemos más trabajo por hacer para incrementar la producción y están planeados más trabajos para finales de este año».

Karl Teviotdale, director de CPS, explica en declaraciones a este periódico que «nuestro proyecto de España tiene mucho potencial, pero necesitaría mucha inversión y Leni Gas & Oil ha decidido focalizar su inversión en Trinidad». Sostiene Teviotdale que bajo el suelo del páramo burgalés existen importantes reservas de petróleo y gas convencional y no convencional, aunque admite que durante las últimas décadas «ha podido haber errores técnicos» que han dificultado su explotación comercial.

Sin embargo, insiste en que el proyecto no se abandonaría, sino que simplemente cambiaría de inversores. Las exploraciones y extracciones seguirán adelante, y quizás con una importante inyección económica podría multiplicarse la producción tal y como esperaba LGO hace dos años.

Según informa la compañía, hoy en día en la planta trabajan 22 personas en su plantilla (la inmensa mayoría van y vienen todos los días desde Burgos capital), «pero tenemos externalizados varios servicios, con lo que el número de personas que trabaja directa o indirectamente para la empresa sería aproximadamente el doble». La Compañía Petrolífera de Sedano (CPS)registró a 31 de diciembre de 2011 unas pérdidas netas de 2,3 millones de libras esterlinas, mientras sus activos están valorados en 8,2 millones de libras.

Recientemente la empresa solicitó los permisos necesarios al Ayuntamiento de Sargentes de la Lora para construir dos grandes tanques de almacenamiento. Según explican fuentes municipales, después de no pocos trámites lograron la licencia y pagaron las tasas correspondientes pero nunca se ha llegado a ejecutar la obra.

El yacimiento de Ayoluengo nunca ha llegado a mostrar la suficiente rentabilidad como para hacer atractiva su explotación, entre otros factores por su limitada capacidad de producción y por la dispersión de los pozos en los que se supone que hay petróleo y gas, pero también por la presencia de arsénico en el crudo, lo cual dificulta su refinamiento. Su geología, además, aún no está estudiada por completo y este tipo de trabajos exige enormes inversiones. Los nuevos dueños, que se embarcan en un sector con enormes riesgos, tendrán la última palabra a la hora de darle el impulso que necesita.