En Burgos ya hay más jubilados que menores de 30 al volante

G. ARCE
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El número de conductores de más de 74 años se dobla en una década. La DGTaplica nuevos protocolos en las pruebas médicas, pero no pondrá un límite a la edad para conducir

En Burgos ya hay más jubilados que menores de 30 al volante - Foto: Patricia

El envejecimiento de la población es una realidad visible en las calles y también en las carreteras. Por las burgalesas circulan más de 15.500 conductores mayores de 74 años con diferentes tipos de carné. Su número se ha duplicado en la última década y sigue en crecimiento, lo que plantea un gran desafío para la seguridad vial, la investigación médica y la calidad de vida de estas personas (muchas de ellas perfectamente válidas al volante) y  su entorno familiar.

La automoción visualiza una de las grandes paradojas de nuestro tiempo:cada vez hay más ancianos conductores de turismos en Burgos, mientras que los menores de 30 años descienden. Además, cuanto más veteranos son, más dependen de un coche, mientras que los jóvenes están optando -por decisión propia o por economía- por otras alternativas de movilidad compartida.  

La estadística de la Dirección General de Tráfico (DGT) confirma que en la provincia hay 15.500 permisos de conducir en manos de personas de más de 74 años. En torno a 5.400 de estos carnés son de tipo B, para turismos, y una gran mayoría de los mismos corresponden a varones (3.672) mientras que las mujeres son casi la mitad (1.786), herencia de la cultura otrora imperante de que era el hombre el que conducía en casa.

Pese a la fama de alta siniestralidad en las carreteras que persigue a este colectivo, en el caso de Burgos no se cumple. El pasado año estos veteranos estuvieron implicados en 25 accidentes con víctimas, en los que fallecieron 2 personas y otras 2 fueron hospitalizadas. Hasta marzo del presente año, han sido 4 los accidentes y un fallecido.

Las retiradas de carné de conducir por razones de edad (tras un siniestro, un despiste grave o por una intervención policial o a petición de las familias) son minoritarias. El pasado año hubo 5 y desde 2018, Tráfico contabiliza un total de 53, número muy bajo en comparación con la población de conductores.

En este caso, siempre es el dictamen médico el que, en última instancia, determina la pérdida o no de las capacidades psicofísicas del conductor y la consiguiente retirada del carné o la limitación en su uso.

(Más información en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)