Vuelta al HUBU tras ayudar a víctimas del terremoto en Turquía

DB
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Tres enfermeras y una auxiliar de Enfermería han atendido, a través del equipo START de la AECID, a los pacientes de la ciudad turca de Iskenderun afectados por la catástrofe del pasado 6 de febrero

Sara Peña, Sandra Corrales, Teresa Ferreiro y Sonia Paniagua, de izq. a der., han vivido en Turquía su primera experiencia de cooperación humanitaria.

Sonia Paniagua y Sara Peña (enfermeras de UCI), Sandra Corrales (enfermera de Urgencias) y Teresa Ferreiro (TCAE de Neurocirugía) han vuelto a Burgos después de cubrir sus respectivas rotaciones de 15 días en el hospital de campaña que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), dependiente del Ministerio de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, ha desplegado en Turquía.

Este hospital forma parte del Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta a Emergencias (START) - siglas en inglés de Spanish Technical Aid Response Team-, que es la iniciativa surgida tras la experiencia de la catástrofe de Haití para dar respuesta, de forma coordinada y con una estructura estable, a cualquier situación de emergencia no bélica que pueda darse en cualquier parte del mundo.

En un plazo de 72 horas desde que el país afectado lo solicita, el equipo START es capaz de desplegar un hospital y dotarlo de los recursos humanos y materiales necesarios para atenderlo. Para ello se estableció en 2016 una bolsa de voluntariado a la que pueden optar todos los profesionales sanitarios en activo del sistema público que lo deseen y en la que estaban inscritas Sonia, Sara, Sandra y Teresa.

Para las cuatro, esta ha sido su primera experiencia de cooperación humanitaria, de la que destacan la importancia del trabajo en equipo y la gratitud por parte de la población atendida.

En los 15 días que han pasado en Iskenderun -una de las localidades más afectadas por el terremoto del pasado 6 de febrero- han trabajado con sanitarios de toda España, expertos en acción humanitaria de AECID, la dotación de bomberos de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid -que se encargaban de las labores logísticas junto con Tragsa- así como con los voluntarios que atendían la cocina, de la ONG CESAL, y los que se prestaban como traductores.

Gracias a todos ellos, en el mes y medio que ha funcionado el hospital, han atendido, en turnos de 12/14 horas, a más de 7.000 personas, con una media de 220 pacientes al día. La mayor parte de ellos, afectados por congelaciones, heridas infectadas, patologías crónicas descompensadas por la falta de medicación, e infecciones respiratorias y urinarias relacionadas con la precariedad de las condiciones de vida. También se han atendido diez nacimientos, se han realizado cirugías -sobre todo amputaciones e injertos- y numerosas intervenciones de ayuda psicosocial, imprescindibles para paliar las secuelas emocionales.

Las cuatro sanitarias del HUBU coinciden, sin dudarlo, en que volverán a participar en el equipo START si les llaman y agradecen a la dirección del hospital y a sus compañeros la colaboración para poder cambiar, por unos días, las instalaciones del HUBU por las de un hospital de campaña.