El día grande de Estrasburgo

Leticia Ortiz (SPC)
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El imponente edificio del Parlamento Europeo se convierte en un hervidero de políticos, asesores y periodistas en la semana del Debate sobre el Estado de la Unión, donde el discurso de Von der Leyen es casi un secreto de Estado

El día grande de Estrasburgo - Foto: JULIEN WARNAND

Casi un secreto de Estado. Así es el discurso de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en las horas previas a que lo pronuncie en el Parlamento de Estrasburgo durante el Debate sobre el Estado de la Unión. Nadie suelta prenda ni en comparecencias oficiales ni en los encuentros informales que durante estos días se suceden en cada rincón no solo del imponente edificio que acoge a la familia comunitaria sino también en cafeterías, hoteles y restaurantes de la tranquila localidad francesa.

Los posibles anuncios de Von der Leyen en su comparecencia ante el inmenso hemiciclo -que todavía aumentará más tras las elecciones de 2024- centran las apuestas de los expertos en las horas previas a este día clave en el Parlamento. Así, la guerra de Ucrania, la ampliación de la UE, la reforma de los tratados o la relación con China son algunos de los temas que han copado las quinielas, aunque este año se ha colado también el futuro de la propia presidenta, que no ha avanzado aún si se postulará para revalidar su mandato después de la cita con las urnas. «No hay muchas pistas sobre ello», subraya el portavoz del Parlamento Europeo, el español Jaume Duch, que tiene que lidiar con una prensa ávida por adelantar los detalles de las palabras de la dirigente belga.

Esa comparecencia centrará el Debate sobre el Estado de la Unión, pero no será la única del día ni de una semana en la que, además, el Pleno aprueba distintas proposiciones. Por eso los grupos parlamentarios también buscan su momento de atención y atienden prestos y dispuestos a los medios para colocar su mensaje antes de que el discurso de la presidenta sepulte en la indiferencia al resto de las intervenciones, sobre todo si Von der Leyen pronuncia anuncios de gran calado político o económico. La sombra de las elecciones, que se celebrarán el próximo mes de junio, es muy alargada y, aunque aún resta legislatura, nadie quiere quedarse sin su minuto de gloria de cara a las urnas.

Lenguas cooficiales

Para la prensa española, sin embargo, hay dos asuntos fundamentales en los pasillos de Estrasburgo, y no hay rueda de prensa o encuentro informal en el que no salgan a relucir: la posible ley de amnistía y la utilización de las lenguas cooficiales del Estado en el Parlamento Europeo, cuestión que fue solicitada a la institución comunitaria por el propio Ejecutivo de Sánchez. «Ahora no toca», repetían fuentes gubernamentales sobre una amnistía que también eludió valorar el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, al que se vio especialmente incómodo con este asunto. «Por supuesto tengo mi opinión», apuntó, pero no quiso ahondar en ello, sembrando la duda de si está de acuerdo o no con la posible cesión de Sánchez a los independentistas.

Y mientras los españoles se enmarañan en casi cualquier rincón del imponente edifico comunitario, en eternas -y didácticas conversaciones- sobre si habrá repetición electoral o no -sin unanimidad en las conclusiones-, el Parlamento mantiene un continuo ir y venir, ajeno a la actualidad española, porque aquí se habla de esa Europa «que es más resistente de lo que muchos pensaban», como asegura orgulloso  el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.