Punzones y puños americanos requisados a bandas juveniles

I.E.
-

La Policía Local de Burgos advierte de que celebran ritos de iniciación para entrar en estos grupos, que consisten en la comisión de actos de violencia

Punzones y puños americanos requisados a bandas juveniles - Foto: Valdivielso

Las bandas juveniles han cambiado algunos hábitos de antaño, tales como portar atuendos identificativos -como gorras y pañuelos- o lucir tatuajes, pero mantienen algunas costumbres tradicionales, como los ritos iniciáticos cuando algún chaval quiere integrarse en uno de estos grupos violentos. En este sentido, «los bautismos» siguen consistiendo en actos de «extremada violencia». En unos casos, como los GLK, la sufren los mismos aspirantes, «cuando el resto de miembros les hacen un pasillo que tienen que atravesar soportando golpes de todo tipo». A la hora subir en el escalafón -esto no ocurre en los Gamonal Kings porque carecen de jerarquía- han de cometer acciones violentas graves, según señala el inspector jefe operativo de la Policía Local, Juan Ignacio Romo.

Asimismo, los miembros de GLK, Trinitarios y Latin Kings siguen utilizando armas e instrumentos peligrosos para la realización de sus actos delictivos. Los agentes del Cuerpo municipal de seguridad, en especial su Unidad Canina, ha requisado cuchillos, punzones, cadenas e incluso puños americanos (como el de la imagen que acompaña al texto). Todavía, señalan las mismas fuentes, no se han detectado machetes ni armas de fuego, como ocurre en ciudades más grandes, como Madrid.

Ahora bien, es muy complicado sorprenderles con estas armas encima, puesto que «solo las portan cuando la acción violenta es inminente». En caso contrario esconden todo este arsenal «en los alrededores de donde se encuentren, bien sea entre arbustos o en algún parque, jardineras u otro tipo de mobiliario urbano».

Puño americano requisado a un miembro de una banda juvenil. Puño americano requisado a un miembro de una banda juvenil. - Foto: DB

Las distintas unidades que interrelacionan con jóvenes, tales como la Canina o la de Distritos -encargada de controlar el absentismo escolar- llevan a cabo actuaciones en zonas donde saben que pueden actuar estas bandas, con el fin de evitar agresiones, identificar a personas y buscar drogas e instrumentos peligrosos. Es en estos dispositivos en los que los efectivos de la Policía Local se han topado con este tipo de armas.

La Policía Local detectó un aumento de la actividad de las bandas justo tras la pandemia. Los agentes se entrevistaron con padres de jóvenes que habían dado el paso de contar a sus familias lo que les había sucedido. Los progenitores advertían del miedo de sus hijos a salir de casa y a ir al instituto porque se veían acosados y perseguidos por sus instigadores.

En redes sociales el Cuerpo municipal detectó vídeos con grabaciones de agresiones, como la que tuvo lugar en la primavera del año pasado a la salida de un instituto de la ciudad, cuando un joven pegó a otro varios puñetazos y patadas -incluso lo tiró a una calle donde pasaban coches- alentado por un grupo que le jaleaba. Quien recibe los golpes apenas solo puede proteger su rostro y correr, no responde a la agresión, «porque detrás tiene a varios miembros del grupo dispuestos a intervenir si la cosa se pone fea para su amigo».

El hecho más grave fue una presunta violación cometida a finales de mayo del año pasado a una adolescente de 14 años. La Policía Local la atribuye a tres miembros de los GLK, dos de los cuales la sujetaron mientras un tercero la agredía sexualmente. Estuvieron en el Zambrana algunas semanas y el juicio aún no se ha celebrado.