Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


Dieta mediterránea

25/10/2023

En lo tocante a la comida, como en otras muchas cosas, cada país tiene su imagen y su reputación. En principio, a lugares como España nos asocian con la famosa dieta mediterránea rica en frutas, verduras o legumbres que remiten a una alimentación saludable. Otras naciones, como EEUU, nos llevan a productos como la hamburguesa y los ultraprocesados, que están en el origen de muchos problemas de salud. Es indiscutible que somos lo que comemos pero no debemos dejarnos engañar por las apariencias.

Contrariamente a lo que pueda parecer, en España tenemos actualmente un grave problema de salud pública que afecta a la población en general y a un grupo muy sensible en particular. Según la OMS, cuatro de cada diez niños y adolescentes sufren de sobrepeso u obesidad en nuestro país, la tercera tasa más alta de Europa, con niveles similares a los de Estados Unidos.

No podemos extrañarnos viendo los cambios que hemos sufrido en nuestra forma de vida. La mayoría de los niños no disfrutan de los mismos 'privilegios' que tuvimos anteriores generaciones a la hora de alimentarnos, en una época en que la dieta mediterránea lo era de verdad y aún no estábamos invadidos por la comida basura. El comedor escolar es para ellos el referente la mayor parte del año y allí, cada vez más, se prescinde del cocinero profesional que se cambia por menús precocinados y recalentados de dudosa calidad. De nada sirve dar a los mas pequeños charlas sobre comida saludable si en el día a día sufren esta realidad, que se une a un bombardeo continuo de publicidad sobre atractivos productos rebosantes de azúcar y grasas saturadas y al sedentarismo provocado por la sustitución de la actividad al aire libre por la del mundo virtual. Tampoco ayuda el encarecimiento de los precios de los alimentos frescos. Por todo ello, según los expertos, ha crecido de forma alarmante el número de niños que son tratados por enfermedades propias de adultos como la diabetes o el colesterol y el de adultos jóvenes con problemas graves de salud, derivados de unos malos hábitos alimentarios.

Es evidente que la clave está en la educación, a todos los niveles, y en la toma de medidas por parte de las administraciones para mejorar la calidad de lo que comen nuestros hijos y para regular asuntos como el de la publicidad de alimentos poco saludables dirigida a los niños, tema pendiente desde 2021.