El robo que protagonizó en el hotel Los Braseros el burgalés que acaba de ser condenado a un año y medio de cárcel fue muy poco profesional, recuerda más a las chapuzas que protagonizaban Pepe Gotera y Otilio. Para que se hagan una idea de que ni era muy mañoso ni tenía demasiadas luces, baste recordar que la Policía Nacional no tuvo dudas de que había sido él porque en el momento de la detención lo sorprendieron con la sábana -propiedad del establecimiento- con la que se había descolgado la noche antes para huir del lugar.

Los hechos ocurrieron un 18 de agosto de 2021. El caco accedió al edificio de la calle Severo Ochoa tras escalar, con la ayuda de unas mesas que apiló en el suelo, a la terraza de una habitación situada en el primer piso. Su objetivo no era otro que hacerse con las pertenencias de quien ocupaba dicho cuarto. Con lo que no contaba es con que el huésped se hallara durmiendo en la habitación. Tras verse sorprendido -la víctima empezó a gritar 'ladrón, ladrón'-, abandonó la estancia descolgándose hasta la vía pública con la ayuda de una sábana del hotel. Esa misma madrugada una dotación de la Comisaría lograba localizarlo gracias a la descripción de la víctima. En su poder aún estaba la ropa de cama que le delataba.

El juzgado de lo penal número 3 de Burgos lo condenó a un año y seis meses de prisión por la comisión de un delito de robo en grado de tentativa. Pero el ladrón, pese a las pruebas que había contra él, no se dio por vencido y recurrió ante la Audiencia Provincial, que ahora acaba de confirmar el fallo de instancia con argumentos contundentes.

Sus razonamientos para presentar el recurso no dejan de ser curiosos (...).

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