Un lustro llevan en completo barbecho las fincas que el Ministerio de Fomento -ahora denominado de Transportes- expropió a sus dueños para construir el tramo de A-12 entre Ibeas de Juarros y Burgos. La fallida ejecución del último segmento de autovía, que acumula una década de retraso, ha dejado una huella a ambos márgenes de la N-120. Fueron apenas dos máquinas las que estuvieron a principios de 2018 movieron tierra y conformando el trazado por el que deberían discurrir los vehículos antes de que la UTE adjudicataria renunciara a seguir ejecutando el proyecto sin su correspondiente modificado.

El Ministerio de Transportes acaba de encargar a la empresa Sorigué Acsa Conservación de Infraestructuras un contrato para adecentar estos terrenos. Por un lado, y tal como apuntan fuentes del Ejecutivo, para poder concluir en el futuro las obras de este tramo de A-12 es necesario mantener las fincas expropiadas en buen estado. Para tal cometido se realizarán labores de conservación con el fin de evitar el crecimiento incontrolado de vegetación, árboles y arbustos. Aunque en pleno verano los principales 'moradores' de estas zonas son los cardos, en otoño y primavera suelen proliferar numerosas hierbas. Además, el parón en la construcción ha provocado que varios árboles hayan logrado brotar pese a lo seco del suelo sobre el que se asientan.

Por otro lado, la adjudicataria realizará «ciertas labores»para preparar los accesos a la maquinaria que en un futuro trabajará en la ejecución de la autovía. Son varios los puntos desde los que se puede entrar y salir a los terrenos expropiados, aunque su uso está restringido por los baches o los desniveles. Los 16.736 euros totales que se invertirán en este encargo tratarán de mejorarlos. El plazo de ejecución es de un mes y el inicio de los trabajos será inminente.

La pregunta del millón, no obstante, es la referente al posible reinicio de las obras. En noviembre del año pasado el Ministerio de Transportes adjudicó a Eyser Ingeniería un contrato para redactar el proyecto de actualización del trazado y construcción del tramo Ibeas-Burgos. El plazo estipulado fue de 24 meses, aunque desde Madrid esperan poder aprobar, aunque sea de forma inicial, este documento antes de que concluya el presente 2023.

No obstante, para que las obras regresen al segmento de autovía más próximo a la capital habrá que esperar como mínimo hasta el año 2025 -en el extremo más optimista-. Cabe recordar que una vez que la ingeniería complete su encargo el Ministerio tendrá que aprobar el documento y posteriormente someterlo a información pública. En caso de que todo siga el camino habitual, sin modificaciones que impliquen nuevas expropiaciones, luego tendrá que sacar a concurso los trabajos. Ejecutar estos 7 kilómetros de autovía costará cerca de 91 millones según las primeras estimaciones ministeriales, por lo que los Presupuestos Generales del Estado deberán reservar una cuantiosa partida económica para tal cometido. Tras ello se deberán adjudicar los trabajos, un proceso que se suele dilatar al menos medio año. El plazo de construcción fijado en la primera -y fallida- intentona fue de dos años y medio, una duración que ahora podría variar.