Evaristo Arzalluz

Plaza Mayor

Evaristo Arzalluz


Enfermedades 'voluntarias'

04/05/2023

La sanidad sigue de moda. Antes con la pandemia. Ahora porque ciertas voces -no sé si agoreras o proféticas- insisten en lo mal que está todo: listas de espera, demoras… Uno de los argumentos que aportan es el retraso creciente en incorporar nuevos tratamientos, eficaces pero carísimos. La demanda es infinita y los recursos limitados. No hay para todos. Como los respiradores cuando la pandemia.

En este caldo de cultivo emerge un debate que siempre ha estado ahí, latente: ¿por qué tengo que pagar yo los tratamientos de las enfermedades que no son fruto de la mala suerte sino de la mala vida? Ejemplos: alcoholismo, tabaquismo, diabetes, hipertensión, VIH-SIDA. Se propone negar la financiación pública del trasplante hepático al bebedor que sigue bebiendo; o del de pulmón al fumador que no lo deja; o de las pastillas al diabético que no pierde peso, o al hipertenso que come con sal, o al paciente VIH que sigue realizando prácticas sexuales de riesgo; etc. Todas esas enfermedades -dicen y es verdad- cuestan muchos millones de euros al contribuyente que ni bebe, ni fuma, ni se descuida con la comida o con el sexo.

Que esos pacientes, si continúan bebiendo, fumando, comiendo o realizando prácticas sexuales arriesgadas, se lo paguen de su bolsillo, puesto que fueron responsables de contraer la enfermedad y ahora, en algunos casos, de no librarse de ella. Si quieres pastillas gratis, haz ejercicio y deja de comer lo que te apetece.

Por ahora no hay debate, pero si las vacas que vienen son muy flacas -y puede que sea así- el debate saldrá a la superficie. ¿Falta de solidaridad por parte de unos o de responsabilidad por parte de otros? ¿Por qué tengo que renunciar yo a un tratamiento caro y eficaz que me curaría de una enfermedad de la que no tengo la culpa -un cáncer por ejemplo- sólo porque el dinero público no da de sí? ¿Empezaremos a mirar mal a los que gastan por su culpa?