Urgen arreglar un edificio frente a Huelgas al caer el vallado

C.M.
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Los vecinos de la casa colindante han alertado del peligro al Ayuntamiento de Burgos sin lograr respuesta. Varios turistas se han tropezado al bajar del autobús que les deja frente al monasterio

La valla protectora del número 13 de la calle Alfonso VIII se ha venido abajo e invade parte de la acera. - Foto: Valdivielso

Los turistas que llegan en autobús al monasterio de Las Huelgas se encuentran con un edificio en ruina situado justo enfrente, lo que afea un entorno declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, desde hace unas semanas se topan también con vallas en la acera, que han provocado algún que otro tropezón. Y es que el vallado que protegía el ruinoso edificio situado en la calle Alfonso VIII se ha venido abajo y ocupa prácticamente toda la acera, sin que las llamadas y escritos de los vecinos de los edificios colindantes hayan tenido eco en el área de Licencias del Ayuntamiento, responsable de la vigilancia de que los dueños de los edificios cumplan con el deber de conservación y ornato. 

El derribo de la valla no solo es un peligro para los peatones, que en el caso de ir con un carrito de bebé o en silla de ruedas deben bajar a la calzada o caminar por la acera de enfrente, sino que también deja vía libre para poder entrar en el interior del edificio con el riesgo que conlleva debido a que están en estado ruinoso. También ha sido una vía de escape para los numerosos roedores que hay en su interior.

«Los autobuses turísticos paran justo delante de esta casa y la situación es insostenible. Los andamios se han caído, he llamado al Ayuntamiento, pero nadie viene a colocarlos», indicó Pablo del Barco, uno de los vecinos afectados. 

Los residentes en el entorno llevan años denunciando el mal estado del inmueble con numerosos escritos en el Ayuntamiento sin que la institución haga nada ni inste al propietario a cumplir con su deber.

Los bomberos han tenido que acudir en numerosas ocasiones ante el desplome de elementos del interior, así como también tuvieron que retirar una tejas que amenazaban con caerse en la parte trasera del edificio. De sus intervenciones queda una valla roja de plástico. 

La casa estaba precintada después de que en abril de 2020 el área de Licencias decretara la ruina inminente del edificio después de que se desprendiera parte del tejado. Se dio un mes a los propietarios para llevar a cabo las actuaciones recomendadas por los técnicos municipales ante el «riesgo real e inminente de hundimiento incontrolado del inmueble, que podría causar importantes daños personales y materiales, llegando, incluso, al desplome sobre la vía pública como consecuencia del empuje que ejercen los pares de la cubierta sobre la fachada exterior, que se encuentra protegida». 

Entre esas recomendaciones se encontraban apear y consolidar la fachada delantera y apuntalar los huecos existentes con el fin de evitar su desplome a la vía pública; demoler y vaciar el inmueble (salvo la fachada que da a la calle); limpiar y desbrozar el patio trasero para la eliminación de la vegetación y de los roedores o reparar las paredes medianeras. No se hizo nada más que colocar un ligero vallado. 

El inmueble fue adquirido para la construcción de apartamentos turísticos, aunque Patrimonio Nacional se opuso a este hecho, pero posteriormente dio luz verde tras la mediación del Ayuntamiento. El tiempo pasa y no se ha visto obra alguna mientras el inmueble está cada vez en peor estado.