El pueblo se reconcilia con su río

I.P. / Cilleruelo de Abajo
-

El proyecto 'Repuente, limpio y vivo', con el que Cilleruelo de Abajo ha ganado uno de los premios Fuentes Claras de la Junta, recupera un espacio para el disfrute vecinal además de drenar el Henar para que el agua vuelva a fluir

Vista general de la zona en la que se ha intervenido, desde la carretera de acceso al pueblo llegando por el Valle del Esgueva. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Hablar del río Henar es para los nacidos en Cilleruelo de Abajo volver a la infancia, a los baños, a subirse haciendo equilibrios en el puente, a tumbarse en la ribera a contemplar los patos, a coger ranas o pececillos, a pasear por la zona e, incluso, a regar las huertas colindantes; en definitiva, hablar del Henar es hacerlo de encuentros vecinales y conversaciones que acercan a la gente.

Pero además de los recuerdos que a cada uno le evoquen el río y con ellos épocas de nostalgia, está su interés medioambiental. El curso del río en conjunto conforma un cinturón natural verde de norte a suroeste de la localidad, en el que los puentes cobran un significado especial, como los conocidos como Puentecanto, Molino de enmedio o Repuente. 

Con el paso del tiempo, la cada vez menor presencia de niños y jóvenes en el pueblo y la falta de mantenimiento e intervención con criterios ambientales y de sostenibilidad, han ido deteriorando prácticamente todos los tramos del río y de forma particular, la zona conocida como Repuente, en el acceso a Cilleruelo desde los pueblos del Valle del Esgueva. Así, la vegetación se fue adueñando del río, tapando prácticamente el ojo del puente e interrumpiendo el curso natural del agua, lo que a su vez provocó la desaparición de las especies que vivían en el mismo, como ranas y tritones, y la cada vez mayor acumulación de basura.

Esas circunstancias provocaron dos efectos, una degradación e impacto visual negativo de la zona y el alejamiento de los vecinos, sobre todo de los niños, de ese entorno. Conscientes de esa realidad y de la pérdida de la calidad de vida que suponía ese disfrute, la Asociación Cultural Collalba se planteó, en colaboración con el Ayuntamiento, un proyecto de regeneración, que a la postre ha llevado a Cilleruelo a conseguir uno de los premios Fuentes Claras de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en ese caso el destinado a asociaciones y entidades sin ánimo de lucro, dotado con 3.000 euros. 

La presentación del proyecto fue el paso definitivo para ese reconocimiento regional, pero de inicio, la propuesta de intervención se propuso a la convocatoria del Programa de Voluntariado Ambiental 2022 de la Fundación Caja de Burgos-Fundación La Caixa y gracias a su ayuda e interés, el proyecto 'Repuente, limpio y vivo' se ha hecho realidad, recuperando el río y ese espacio para el ocio y el disfrute de los vecinos.

Raquel Casado, presidenta de la asociación cultural y alma mater del proyecto, está orgullosa de que hayan sido mayoritariamente los propios vecinos, en torno a medio centenar, esos voluntarios que han hecho renacer ese entorno y esas aguas donde vuelven a verse pececillos, culebras, ranas, algún cangrejo, libélulas, golondrinas y otros pájaros que acuden a beber.

El proyecto, enmarcado en el apartado de 'Reconciliando personas y naturaleza', se ejecutó en una primera fase en 2022, tras la autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero, con la mejora ambiental de la ribera y zona de servidumbre. «Queríamos volver a ver correr el agua, que los niños pudieran bajar, tener río en definitiva», explica la presidenta de la asociación Collalba.

De hecho, el año pasado presentaron un segundo proyecto a la misma convocatoria de Voluntariado de la Fundación La Caixa, al que llamaron 'Tendiendo puentes', que supuso una ampliación del primero. La idea era seguir recuperando el río aguas arriba con la limpieza de más metros del mismo y espacios para los vecinos entre los diferentes puentes como el del tío Leandro y el del Molino de enmedio. En total han limpiado unos 45 metros. 

Vista ahora la zona, se entiende que ese trabajo ha ido más allá de esa limpieza de la vegetación para dejar ver el ojo del puente y el curso del río. Se tuvieron que realizar algunos desmonte de terreno para allanarlo y construir un pequeño muro de contención, todo ellos para completar, ya en 2023, ese espacio y llenarlo de vida, creando un parque o zona estancial con mesas y bancos de piedra -donados por el Ayuntamiento- y un estanque, que viene a 'sustituir' al antiguo pilón de los siete caños, como le conocían los vecinos.

Además, se proyectó hacer una separación natural entre la zona del puente con la carretera, de tal manera que se diseñó una franja longitudinal como jardín, con diversas plantaciones y donde se han instalado varios dujos, es decir, antiguas colmenas rústica fabricadas con troncos de árboles, que trasladaron desde el campo los propios vecinos con un tractor. Casado explica que otra de la idea del proyecto era recuperar elementos tradicionales y etnográficos y fusionarlos con la naturaleza de ese recuperado entorno. Igualmente se mejoraron los accesos desde la carretera al nuevo parque.

Talleres. El proyecto se completó con la construcción de una singular 'casa' de polinizadores, que es al mismo tiempo un panel interpretativo en el que se recoge información del río Henar, lo que significaba para el pueblo, y de su pilón anexo, construido a principios del siglo XX para que bebieran los animales en una época (como ahora) de sequía. 

El proyecto, por otra parte, posibilitó la realización de dos talleres de educación ambiental para la construcción de 'hoteles de insectos'. El impacto del proyecto no solo ha sido positivo para la localidad y su gente, sino que ha sido un factor determinante para la consecución del premio Fuentes Claras de la Junta, reconoce Casado, que ya trabaja en nuevas ideas para seguir mejorando ese entorno.