Si Thatcher levantara la cabeza...

M.R.Y (SPC)
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Un Partido Conservador en conflicto, otras dos mujeres ocupando el 10 de Downing Street o la ruptura con la UE han protagonizado estos 10 años de ausencia de la 'Dama de Hierro'

Si Thatcher levantara la cabeza... - Foto: EFE/rsa

Amada y odiada por igual, Margaret Thatcher es, sin lugar a dudas, una de las figuras más importantes de la política británica e, incluso, europea, del pasado siglo. Primera ministra entre 1979 y 1990 -el período continuado más largo al frente del Gobierno del Reino Unido desde el siglo XIX-, la mandataria firmó tres victorias electorales, fue la primera mujer en liderar un partido político occidental -se aupó al frente de los conservadores en 1975- y también la primera en ocupar el 10 de Downing Street. Creadora del thatcherismo, una corriente económica liberal que han asumido gran parte de los líderes tories que le han sucedido, tuvo una intensa carrera que acabó tras superar una cuestión de confianza en el seno de su formación. Veintitrés años después, el 8 de abril de 2013, moría por culpa de uno de los varios accidentes cerebrovasculares que sufrió. Y una década después de su fallecimiento, la situación en su país ha pasado por tantos momentos convulsos que, sin duda, su figura ha estado en el recuerdo de muchos británicos. 

Y es que si Thatcher levantase la cabeza comprobaría que su país, en estos últimos 10 años, se ha divorciado de la Unión Europea con un Brexit que se comenzó a fraguar, precisamente, en vísperas de su fallecimiento. Y es que en ese 2013, con el también conservador David Cameron en el poder, comenzaron a fraguarse los movimientos que apostaban por un divorcio del Reino Unido con la UE. Ella, precisamente, durante sus mandatos, plantó cara al bloque comunitario. Mantuvo en todo momento una relación tensa con sus socios, lamentando las concesiones que, a su entender, tenía que hacer Londres. Sin embargo, en todo momento apostó por una integración -tal vez menos injusta a su juicio-, pero nunca por una ruptura. De hecho, una de sus frases -«el Reino Unido no viola los Tratados. Sería malo para Gran Bretaña, malo para el resto del mundo y para todo tratado comercial futuro»- fue recordada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para apelar al espíritu de Thatcher ante un Gobierno británico que ha roto en diversas ocasiones lo pactado entre Londres y Bruselas.

También contemplaría con asombro cómo a la fractura en la UE a cuenta del Brexit podría haberle seguido una desintegración del Reino Unido. Y, precisamente, buena parte de la culpa la tendría la propia Thatcher, que emprendió unas políticas económicas e industriales que generaron tal descontento que los conservadores quedaron desahuciados de la región y se acrecentó el sentimiento independentista. Hasta el punto de que apenas un año después de morir la conocida como Dama de Hierro, en 2014, se celebró un referéndum separatista que por muy poco margen optó por la permanencia. Eso sí, la amenaza persiste y los secesionistas pretenden llevar a cabo una consulta similar antes de que acabe 2023.

En esta última década sin la ex primera ministra, los tories han vuelto al caos en el que se sumió la formación precisamente bajo el mando de la exdirigente. Si levantase la cabeza, vería cómo el partido ha ido repitiendo la cuestión de confianza que ella misma sufrió contra varios líderes -Theresa May y Boris Johnson- y cómo, al igual que ella, ambos consiguieron salir adelante... hasta cierto punto. Porque los tres firmaron una derrota en diferido: apenas unos meses después de superar las votaciones, todos ellos se vieron abocados a dimitir. Y también contemplaría con sorpresa la dantesca situación que se vivió este verano en las filas conservadoras, donde, tras la dimisión de Johnson, unas primarias llevaron al frente del Ejecutivo a una Liz Truss que, al igual que ella, hizo historia... pero en el sentido contrario: convirtiéndose en la mandataria que menos tiempo ha permanecido en el poder -apenas 45 días-, precisamente por ese caos en el partido. Ahora, el perdedor de esas primarias, Rishi Sunak, está en el 10 de Downing Street también firmando un capítulo inédito: el de ser el primer hindú en convertirse en premier.

Tras todo lo contado, la Dama de Hierro también contemplaría que después de que ella rompiese un techo de cristal en el Reino Unido, otras dos mujeres -May y Truss- han conseguido seguir sus pasos como primeras ministras. Eso sí, ambas llegaron al poder sin tener que pasar por las urnas y una de ellas no tuvo tan siquiera tiempo de revalidar su cargo en unas elecciones.

Y, sin duda, si Thatcher levantase la cabeza vería cómo Isabel II, la reina con quien mantuvo una tensa relación, se convirtió en casi eterna.  La soberana vio pasar a 15 primeros ministros durante su reinado y, sin duda, el de la conservadora -la octava de esa larga lista- fue el más conflictivo. Tal vez por el machismo imperante en la tradicional monarquía británica, o por el momento convulso en el país o quizás por las personalidades tan chocantes y sus opiniones tan dispares... O por todo ello junto. Lo cierto es que ambas convivieron durante más de una década con un enfrentamiento que en ocasiones se llegó a hacer manifiesto, aunque siempre desde el respeto que se tenían mutuamente por lo conseguido en un mundo de hombres. Las dos, mujeres para la historia. Una por herencia, otra por política, las dos por méritos propios. Y ambas, figuras que el Reino Unido sigue echando de menos.