Ningún burgalés vivo -ni antepasado alguno- ha vivido un año tan cálido en la provincia como el presente 2023. A falta de dos días para cerrar el curso, la temperatura media que ha registrado la base que la Agencia Estatal de Meteorología tiene en el aeropuerto de Villafría alcanza los 12,9 grados centígrados. Esta cifra, a todas luces extraordinaria, pulveriza el promedio que la Aemet tiene fijado desde el inicio de la serie histórica hace 80 años: 10,7 grados. Es más, logra arrebatar el primer puesto al 2022, que cerró con un balance de 12,3 grados.

En todo el planeta, tal y como recoge el último informe de Copernicus, en los once primeros meses del año la temperatura media a nivel mundial ha sido la más alta desde que hay registros: 1.46 grados por encima del promedio de la era preindustrial y 0,13º superior al periodo enero-noviembre de 2016, el año más cálido registrado hasta ahora. El calentamiento del planeta es un hecho, y prueba de ello son los extraordinarios picos de calor que se desencadenan.

Dos ejemplos este mismo año en Burgos fueron tanto la primavera como el otoño. Empezando por la primera, y tras un invierno relativamente más frío del habitual, marzo terminó con una temperatura media de 8,8 grados frente a los 7 que vienen siendo habituales. Este incremento de 1,8 grados en comparación con el promedio histórico se agrandó aún más en abril, uno de los meses más raros que se recuerda: durante la madrugada del día 5 el mercurio se desplomó a los -6,9 grados, la mínima para un cuarto mes en Burgos desde que hay registros. Sin embargo, apenas dos semanas después, el día 28, la capital registró 29,3 grados, de nuevo una máxima nunca antes vista en abril.

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