Un burgalés rescata un texto teatral inédito de Azorín

R. Pérez Barredo / Burgos
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Antonio Díez Mediavilla, profesor de la Universidad de Alicante, ha descubierto el último acto original de la obra 'Ifach', que fue publicada con otro nombre y con otro final

Azorín es uno de los grandes exponentes del 98. - Foto: diariodeburgos.es

Lo producción teatral de José Martínez Ruiz, Azorín (Monóvar, Alicante,1873-Madrid, 1967), tiene desde hace unos días una nueva pieza más, desconocida hasta la fecha. Se trata del texto primitivo de Ifach, tragicomedia escrita por el autor alicantino en los años veinte y curiosamente estrenada en 1942 en el Teatro Principal de Burgos, si bien es cierto que incompleta. Un burgalés, Antonio Díez Mediavilla (1951), profesor de la Unviersidad de Alicante, ha sido el descubridor de este acto perdido, lo que le ha permitido completar la obra y publicarla junto con Judit, obra jamás estrenada y que permaneció también durante años inédita de uno de los genios del 98, en colaboración con Mariano de Paco, de la Universidad de Murcia.

«Sabíamos que existía esa obra, que había sido ‘radiada’ y años después estrenada en el Teatro Principal con el título Farsa docente. En una de sus últimas entrevistas, a propósito de esa obra, Azorín confesó que la había publicado con un tercer acto distinto del original; que tenía un final distinto pero que había decidido cambiarlo. Y no sabíamos nada más», explica el burgalés.

Hasta que un día, investigando en la Casa-Museo de Azorín en Monóvar, aparecieron varios escritos entre los que se encontraba ese tercer acto como parte de una comedia titulada Ifach. «Cotejamos los dos de textos, el de Ifach y el de Farsa docente, y comprobamos que era el mismo excepto ese tercer acto.El de Ifach es la versión primitiva de la obra que se estrenó en Burgos y que no gustó al público burgalés, y que es la que hemos publicado ahora», señala.

Según explica Díez Mediavilla, es una obra escrita en el perido de mayor producción dramática de Azorín, posiblemente entre los años 26 y 27. «Pertenece a lo que él llamó teatro superrealista. Lo más curioso de la obra es el título, que hace referencia al protagonista de la obra y al peñón del mismo nombre, que es el pico más alto de Alicante. Ifach es un hombre que ha nacido en Calpe, que ha sido marino mercante y que después de recorrer el mundo decide retirarse del mundo, vivir una vida de anacoreta. Es una obra muy curiosa en sus planteamientos y muy poco eficaz desde el punto de vista teatral».

Narra la historia un grupo de individuos a los que en una suerte de purgatorio se les da la oportunidad de volver a vivir con la condición de sean otra cosa distinta a lo que ya fueron. «Es una segunda vida que, de alguna forma, está condicionada por la primera.Habla sobre la búsqueda del ser humano, sobre la paz interior y la paz exterior». Es una comedia, pero no mueve a la risa, razón por la cual Mediavilla sospecha que no tuvo éxito. «Es una comedia, pero en clave filosófica. No es siquiera para sonreír, sino para reflexionar. Además, la obra termina mal, con una muerte violenta, atroz. Creo que ese fue el error de Azorín».

Nunca tuvo gran predicamento el teatro de Azorín, que recibió duras críticas que dolieron mucho al escritor, que se sumió en una profunda melancolía. «Tanto que incluso se retiró, dejó de escribir teatro», subraya el investigador burgalés, cuya tesis doctoral se centra en la dramaturgia de este escritor esencial.

25 años con el de monóvar. Díez Mediavilla lleva 25 años estudiando a José Martínez Ruiz. Apasionado del teatro, antes de recalar en la capital alicantina, donde es profesor de Didáctica de Lengua y Literatura y uno de los mayores conocedores de la obra del de Monóvar, formó parte en Burgos del grupo Alfoz que lideró Juanjo Ruiz Rojo. La obra Azorín. Teatro desconocido ha sido publicada por la CAM y Biblioteca Nueva. Además de Ifach, incluye la edición de Judit, posiblemente la primera obra de teatro escrita por Azorín para la actriz Margarita Xirgu.

Azorín es considerado uno de los máximos exponentes intelectuales de la llamada Generación del 98 junto a Baroja y Unamuno. Su figura ha sido reivindicada una y otra vez por la enorme actualidad de su obra.