No procesarán a Ángel Ruiz por inducir al asesinato de Shibil

I.E. / Burgos
-

La magistrada de Briviesca estima que «no hay indicios para imputarle» por este delito. El joven búlgaro desapareció en 2013 y el vecino de La Parte es sospechoso

La Guardia Civil investigó a Ángel Ruiz por la desaparición de Shibil Angelov. - Foto: Alberto Rodrigo

El juzgado de instrucción y primera instancia de Briviesca no tiene la intención, por el momento, de reabrir el caso de la desaparición del joven búlgaro Shibil Angelov, de la que se cumplieron 11 años el pasado 13 de enero. El abogado de su familia presentó el año pasado un escrito en el que pedía a la magistrada que retomara las diligencias para procesar al principal sospechoso por un delito de inducción al asesinato. Ese sospechoso no es otro que Ángel Ruiz, condenado a 18 años de prisión por matar a una vecina suya de La Parte de Bureba en 2018, e investigado hasta hace unos meses por el triple crimen de la calle Jesús María Ordoño, ocurrido en junio de 2004. Sin embargo, la jueza ha dictado un auto en el que rechaza tal pretensión y afirma que «no hay lugar a la reapertura de las actuaciones».

Considera que «no se ha puesto de manifiesto la existencia de nuevos elementos de prueba o hechos nuevos que permitan» retomar el procedimiento. Asimismo, insiste en que «no hay indicios para la imputación del delito de proposición para delinquir, como se puso de relieve cuando el 25 de febrero de 2016 se dictó el sobreseimiento provisional de la causa», un archivo que también apoyó la Fiscalía de Burgos.

Han pasado ya más de 11 años desde la desaparición de Shibil Angelov y no hay ni rastro de él. Los investigadores de la Guardia Civil que se hicieron cargo del caso están seguros casi al 100% de que este vecino de la localidad de Briviesca fue asesinado, pero su cuerpo no ha aparecido. La Benemérita lo buscó con ahínco en numerosos parajes de la Bureba a principios de 2013, después de que su novia denunciara su desaparición. No hubo suerte. En esta década larga la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Burgos se aferra a la tesis de que presuntamente lo mató Ángel Ruiz. 

Dado que dar con su cadáver -lo que sí se encontró fue su BMW incendiado- está resultando imposible, la familia de Shibil, a través de su abogado, ha intentado procesar a Ángel Ruiz por otro delito, el de la proposición al asesinato. Para entender el planteamiento de la acusación particular hay que acudir al origen de la relación entre el vecino de La Parte y el joven búlgaro. Dos hombres aparentemente sin quehaceres ni aficiones comunes pero a quienes se veía mucho juntos por Briviesca entre 2012 y 2013. Y para seguir la argumentación del letrado resulta importante también recordar el móvil que, según la Guardia Civil, condujo a Ángel Ruiz a matar presuntamente a su compañero de fatigas. Según la investigación, el sospechoso le entregó a Shibil 10.000 euros para que encontrara a una persona capaz de acabar con la vida de un familiar suyo -un tío- en Bilbao, tras lo cual cobraría una herencia. La contratación del sicario no se llevó a cabo, pero el dinero no fue devuelto a su dueño, según las sospechas del Instituto Armado.

¿Cómo llegó a esta conclusión la Benemérita? Durante la investigación los agentes tomaron declaración a numerosos amigos y conocidos de Shibil. Uno de ellos, también búlgaro, regentaba un taller en Villarcayo, un negocio donde presuntamente Ruiz le propuso a su amigo el trato de entregarle dinero para asesinar a su pariente. En su petición de reapertura del caso, el letrado de la acusación particular solicitaba que se tomara declaración como testigos al dueño de dicho taller y a otro compañero, cosa que ha negado la magistrada del juzgado de Briviesca. El abogado pretendía que relatara en sede judicial aquel encuentro y lo que le dijo supuestamente Ángel a Shibil.  El delito de proposición para el asesinato está castigado, aproximadamente, con la mitad de la pena de asesinato, siete años y medio.

Reorientar el caso por esta senda judicial tenía una ventaja muy importante respecto a otras vías que también se han explorado en estos años. También la posibilidad de intentar procesar al sospechoso por un delito de desaparición forzada de Shibil, pero con ello se cerraría el paso en el futuro a juzgarlo por su asesinato si aparece el cuerpo. La opción de la proposición al asesinato evita ese peligro porque, en realidad, se trataría de un nuevo procedimiento, puesto que el delito no es contra Shibil sino contra el tío del propio Ángel Ruiz.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Benemérita no fijó su atención en Ángel Ruiz por capricho. La novia del desaparecido, en el momento de interponer la denuncia, «ya declaró que su pareja tenía un amigo mayor, que era de La Parte y que creía que se llamaba Ángel, todo lo cual le parecía raro». La descripción de esa extraña nueva amistad que había hecho Shibil le resultó familiar a los investigadores de la Guardia Civil. A finales de octubre de 2012 ya le habían detenido por el atropello mortal e intencionado, en el verano del año anterior, de Rosalía Martínez Gandía, una vecina suya de La Parte de Bureba a la que arrolló en la N-232 con un Peugeot 205 que robó en la localidad cercana de Vileña. Sin embargo, el juzgado lo dejó en libertad con cargos y con la prohibición de acercarse a su pueblo.

Una vez en la calle continuó con su vida y con esa relación con el desaparecido que la Guardia Civil sigue ignorando cómo se inició, «pues el entorno de Shibil no supo explicar el vínculo entre dos personas de edades tan alejadas y costumbres tan distintas». Nada más iniciar las pesquisas los investigadores solicitaron al juzgado de Briviesca el tráfico de llamadas al teléfono del joven búlgaro. Y se percataron de una circunstancia esencial, que Ángel Ruiz le había telefoneado en numerosas ocasiones los días previos a su desaparición, pero que «esas llamadas cesaron el día» en que su novia presentó la denuncia.

En los días posteriores la Guardia Civil supo que Ángel Ruiz se movió con el coche de Shibil, un BMW gris, por la Bureba, pero sobre todo por Burgos capital, «donde incluso le pusieron una multa de la ORA». Fue en estos días cuando una cámara de videovigilancia de la estación de autobuses lo grabó vestido con varias capas de ropa, una imagen que la Benemérita sumó como indicio al atestado que luego envió al juzgado 2 de Instrucción, el que investiga el caso del triple crimen de los Barrio. Un informe que precipitó la reapertura de dicho procedimiento y que situaba a Ángel Ruiz como principal sospechoso. Ir ataviado con varias prendas sería una explicación, según la Benemérita, de cómo pudo presuntamente cometer el triple crimen de la calle Jesús María Ordoño -con más de 100 puñaladas a las tres víctimas- y después marcharse sin dejar un rastro de sangre ni en el descansillo ni en las escaleras. Por estos hechos ha sido investigado pero la causa se ha archivado.

Como dos semanas después de la desaparición de Shibil se produjo otro hecho sobresaliente. El 28 de enero un cazador denunciaba la presencia de un coche calcinado en un pinar de Valujera, pedanía de Trespaderne. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Miranda acudió al lugar, tomó el número de bastidor y saltó una alerta en el sistema. El vehículo pertenecía a una persona desaparecida, Shibil Angelov.

A partir de ese momento la Guardia Civil estrechó el cerco sobre Ángel Ruiz y acabó deteniéndolo a primeros de febrero. De los interrogatorios los investigadores no sacaron «nada de nada», tras lo cual lo presentaron en el juzgado de Briviesca, que decretó, esta vez sí, su ingreso en prisión provisional. Desde ese día no ha salido de la cárcel puesto que en 2014 sería juzgado por el asesinato de su vecina Rosalía Martínez y condenado a 18 años de internamiento.