Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


Gamonal para valientes

10/03/2023

Basta un paseo por el cogollo más poblado de la ciudad. Aparecerán ante nuestros ojos persianas bajadas, edificios que ya no cumplirán los 50 con fachadas en pésimo estado, mobiliario urbano pasado de moda, una invasión de vehículos con aspecto de no haberse movido en semanas… y muchísima vida.

Gamonal, hervidero humano que condensa todos los defectos y virtudes, demográficas y urbanísticas, del Polo de Desarrollo, hace décadas que necesita inversiones constantes a la altura de su volumen de habitantes y de su galopante vejez. El próximo año hará 10 que la multitud, manipulada y sin visión alguna de futuro, rechazó la gran oportunidad que brindaba el bulevar de la calle Vitoria y el asfalto ahí sigue todavía, esperando el milagro que mejore el barrio pero no moleste a nadie.

El actual equipo de Gobierno tenía ante sí una ventana de oro. Una mayoría estable. Un socio que le hubiera votado afirmativamente lo que fuera. Un Ayuntamiento 'progresista', según los suyos, que tampoco se ha atrevido a meter mano al presunto barrio obrero y que acabó enredado en la tela de araña de una pretendida participación ciudadana que no hizo sino desinflar lo que parecía encarrilado.

En una encuesta difundida este martes, y pensando en las próximas elecciones municipales, la asociación de comerciantes Zona G dijo que le preocupa el aparcamiento, la inexistente rotación que condena a los negocios. Para arreglarlo solo se me ocurren dos soluciones: o construyes un párking subterráneo o pones la ORA en el barrio. ¿Quién se atreve? ¿Se imaginan al Equipo A o a La Rosaneta anunciando que el estacionamiento será de pago, sea bajo tierra o en superficie, por el bien de los negocios y de un reparto del espacio urbano más razonable? Yo no. 

Porque, mientras los comerciantes piden aparcamiento, en la misma nota se lamentan por el perjuicio que puedan causar las obras de peatonalización en Grandmontagne y la calle Roma, dos loables intentos que veremos cómo acaban. Es el 'efecto barracas': «Que las pongan cerca, pero no a mi puerta. Que mejoren mi barrio, pero a mí no me toquen». 

En 2014 uno de los mantras era Dejen en paz a Gamonal. Bien dejado está, sin duda. En paz y descansando todo este tiempo. Cuidado no acabe siendo un muerto urbanístico al que nadie pueda levantar. ¿Algún valiente  apostará fuerte en su programa electoral?