Movilidad abordará la mejora de las frecuencias de los buses

D. ALMENDRES / Burgos
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El Ayuntamiento de Burgos aboga por reducir el tiempo de espera en aquellas líneas que alcancen los 30 minutos de intervalo, aunque tendrá en cuenta algunos factores como las distancias a cubrir

Movilidad abordará la mejora de las frecuencias de los buses - Foto: Patricia

La positiva evolución del uso del transporte público superado el impacto de la pandemia invita al Ayuntamiento de Burgos a buscar nuevas fórmulas para mejorar el servicio e incentivar así a los ciudadanos para que apuesten por este medio para sus desplazamientos.

El mapa de líneas que entró en funcionamiento el 1 de enero de 2021 está totalmente asentado y el nuevo equipo de Gobierno municipal apuesta por mantener la idea desarrollada durante el anterior mandato. De esta forma, el actual Ejecutivo centrará su análisis en la mejora de las frecuencias de algunas líneas.

El foco de atención se fijará en aquellas conexiones que presentan un tiempo de espera de 30 minutos con el objetivo de reducirlo a una horquilla entre 15 y 20 minutos, si bien la fórmula a aplicar deberá adaptarse a los medios actualmente disponibles.

El Ayuntamiento ha iniciado los trámites para comprar cuatro autobuses de gas natural comprimido (GNC) para renovar una flota de autobuses urbanos que suma 68 vehículos. De esta forma, el plan del área de Movilidad pasa por ajustar las piezas disponibles en busca de una red de transporte más eficiente.

«Hay determinadas líneas que se solapan y queremos que tanto las frecuencias como la fluidez del servicio sean adecuadas», señala el concejal responsable del área, José Antonio López. Movilidad se da de margen el último cuatrimestre del año para analizar la situación y planteará las alternativas definitivas, las cuales se aplicarán en 2024.

Estas medidas, sin embargo, no afectarán a todas las líneas que presentan frecuencias de más de 30 minutos. El limitado margen de maniobra del servicio, la afluencia y características de cada línea y otros aspectos como las distancias a cubrir -por ejemplo, a los barrios periféricos- condicionarán parte del estudio de los técnicos. «No es lo mismo vivir en Fuentecillas, en Cortes, en Santa Clara o en Gamonal porque la reordenación es compleja», asume.

Por ello, «en el corto plazo, se trata de evitar largos tiempos de espera según las necesidades de cada punto de la ciudad». Para López, «es razonable esperar durante 15 o 20 minutos». Sin embargo, «hay que mejorar algunos aspectos como el paso de dos líneas por la misma parada al mismo tiempo y que luego tengan que pasar 30 o 40 minutos», plantea.

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