El ARI de calle Vitoria podrá beneficiar a una veintena de edificios protegidos

G.A.T. / Miranda
-

Estilos variados. Los valiosos inmuebles representan diversos estilos, desde el modernismo hasta el racionalismo, datando en casi todos los casos de principios del siglo XX y presentando actualmente un estado de conservación bastante irregular

En el número 2 de la calle Vitoria está este destacado inmueble. - Foto: G.A.T.

La nueva Área de Rehabilitación Integral, también llamada ARI, de Ebro Entrevías que el Ayuntamiento va a tramitar para su aprobación por parte de la Junta va a servir para poner en valor una importante zona de la ciudad que, si bien hace décadas fue la principal área residencial y comercial mirandesa, hoy adolece de una falta dem conservación manifiesta en lo que a los edificios se refiere.

Todo el entramado de calles que vertebra la calle Vitoria puede verse notablemente beneficiado por este proyecto de rehabilitación que confinanciarán el Gobierno, la Junta y el Ayuntamiento, administraciones que abonarán, en forma de ayudas, un porcentaje importante de las obras que decidan hacer los propietarios.

Se trata de un ambicioso proyecto cuya inversión en varios años se ha calculado en más de 18 millones de euros para actuar en una zona en la que se agrupan 274 edificios, algunos de ellos de gran valor arquitectónico, cultural y patrimonial. Y es que este ARI Ebro Entrevías, si bien no engloba apenas construcciones monumentales como las que hay en el Casco Histórico, sí agrupa la mayor parte de los edificios residenciales de valor histórico que tiene Miranda, a los que habría que sumar otro puñado que se agrupa a lo largo de la calle de La Estación.

La calle Vitoria, puerta de entrada de la ciudad, antigua carretera N-I y centro neurálgico del comercio y la vida mirandesa durante buena parte del siglo XX, atesora una serie de edificaciones que en su conjunto suponen prácticamente la mitad de los edificios de viviendas protegidos de la margen izquierda del Ebro.

La valía es variada, pero sin duda alguna la mayor parte se concentran en esta avenida mirandesa que en su día unía los dos pasos a nivel existentes en la ciudad, uno junto a la N-I (esta Madrid-Irún) y otro junto al casino (FFCC Bilbao-Castejón). Allí se conservan en mejor o peor estado algunos ejemplos valiosos de la arquitectura civil que gracias a la protección del PGOU ya no podrán ser demolidos y que, de salir adelante el ARI, podrían recibir un apoyo para su rehabilitación.

La protección dada es variada, desde la integral (para monumentos), a la ambiental (que obliga a respetar la estética de las fachadas), pasando por la estructural (que impide la demolición). Este último y elevado nivel de protección lo tienen nueve edificios en este ARI, la mayor parte en la calle Vitoria.

Haciendo un recorrido por la misma, y a pesar de que el paso de los años y la generalizada falta de conservación desmerece las construcciones, puede apreciarse la valía de este puñado de casas que fueron y siguen siendo uno de los escaparates que dan la bienvenida a la ciudad. Cerca precisamente de la entrada, en el número 33 de la calle Vitoria haciendo esquina con Ciudad de Toledo, se alza el que es probablemente uno de los edificios más bellos de Miranda.

Levantado en 1921, según recoge la ficha del PGOU, se cree que es una de los primeros diseños de Fermín Álamo, arquitecto que tiene varios trabajos en la ciudad y que por esas fechas «trabajaba en la reordenación del ensanche mirandés y había diseñado ya el edificios del Teatro Salón Apolo», se explica en la documentación urbanística. Un edificio de tres plantas más una cuarta abuhardillada de inspiración modernista en el que destacan las soluciones dadas a los miradores y ventanales y la notable decoración planteada.

En esquina

Es en esa equina que conforma las calles Vitoria y Ciudad de Toledo donde se agrupan otros tres edificios de valía. En la esquina opuesta al anteriormente citado hay una construcción fechada en 1935 y cuya autoría no está determinada. Una composición que mezcla varios estilos, predominando el historicista, y que es otro ejemplo notable de cómo el entonces llamado ensanche de Miranda iba a acaparando valiosas edificaciones.

Junto a los dos anteriores, en es misma confluencia de calles, destaca un edificio que data de principios del siglo XX (Fermín Álamo) y que destaca por su espectacular esquina resuelta con amplios miradores de carpintería, siendo uno de los mejores ejemplos que se conservan en la ciudad de este tipo de miradores. Y enfrente, original de 1943, aunque demolida y reconstruida hace más de un lustro, se levanta un ejemplo notable de racionalismo, obra de José Luis López de Uralde, que contrasta con el vigor estético del edificio de estilo modernista.

Superada esa ‘esquina de oro’ de la arquitectura de la calle Vitoria, otros valiosos edificios emergen, y en buena medida podrían ser objeto de las ayudas de rehabilitación del ARI; que no solo pretenden una mejora estética de las fachadas, sino que también buscan la mejora de la habitabilidad de las viviendas. Esto podría ocurrir en los números 9 y 11, donde se levanta otro de los bellos ejemplos de arquitectura residencial de la calle, lamentablemente en estado de ruina.

Atribuido también a Fermín Álamo, la construcción que hace esquina con la calle Sorribas data de 1925, y presenta una profusa decoración en la fachada que da a la calle Vitoria. Un edificio de cuatro plantas que está en pleno proceso de demolición interior dado el riesgo que generaba por su falta de conservación.

En la esquina de la calle Vitoria con Pérez Galdós destaca otro ejemplo de construcción racionalista de 1934 con protección estructural, y ya más reciente, en la esquina de la actual rotonda de la ‘M’, se levanta un imponente edificio de 1955 igualmente protegido.

Diseñado por Pablo Cantó, en el PGOU se recoge su valía no solo por ocupar una espacio preferente que hace esquina con las calle Vitoria y Almacenes, sino porque en sus nueve plantas emplea «novedosos materiales», como unos enormes balcones corridos de estructura metálica, o la solución dada a la esquina «con aire de proa de buque».

También dentro de la zona del futuro ARI se encuentran dos singulares edificaciones con protección estructural, como son el número 5 de la calle Almacenes. Obra también de Fermín Álamo, data de 1925, y su diseño historicista es uno de los bellos ejemplos de la arquitectura de principios del XX que se conservan en Miranda, a lo que ha ayudado una rehabilitación de fachada hecha hace pocos años, dándole más significación a la profusa decoración.

En otra zona noble del espacio que ocupa el ARI está el antiguo edificio del Banco de Vitoria, en la esquina de las calle Gregorio Solabarrieta y Real Allende, frente a la plaza Cervantes. Proyectado por Jesús Guinea, se hizo en el solar donde estaba el antiguo parador, como recuerdan Alberto Julián Vigalondo y Carlos Diez Javiz en su libro Historia del Urbanismo en Miranda de Ebro (2001).

Con un nivel menor de protección pero igualmente catalogados hay seis edificios en la zona. Edificios en su mayor parte de principios del siglo XX que poseen características constructivas destacadas en sus fachadas, con amplios miradores de madera en algunos casos (calle Vitoria). También se encuentran protegidos varios edificios anteriores a 1900, los más antiguos de la calle Vitoria (número 3 y 5), que destacan por la sillería de sus fachadas y los balcones decorado con barandillas de forja.