René Payo

Del Ayer al Hoy

René Payo


Tiempo de Pasión

04/04/2023

Y llegó otro año. Tras mucha espera, las calles de nuestra ciudad y de nuestras principales localidades se llenan otra vez de nazarenos, penitentes, cruces de guía, ciriales y olor a incienso. Ni la potente cultura secular que nos invade ha sido capaz, como algunos predecían hace algunos años, de que la tradición de la Semana Santa desaparezca. Muchos dirán que lo que hoy vivimos es sólo una recreación folclórica que nos une con nuestros ancestros y en la que lo religioso queda en segundo plano. No dudo de que en ocasiones esto pueda vivirse así, pero no hace falta más que ver las caras de cofrades (cada vez más jóvenes), portadores de andas y fieles para ver que hay algo más por detrás de esta magna puesta en escena. Algo que nos une, más en estos días, con lo inexpresable, lo total, lo divino… Por fortuna, la Iglesia hoy considera que la religiosidad popular, en la que la belleza y el sentimiento son esenciales, es una vía perfectamente legítima para acercarse a Dios. Recuerdo aquí la portentosa conversión del racionalista Paul Claudel ante una Virgen en la catedral de París mientras sonaba un motete.

Ni todas las lecturas teológicas, ni las más profundas reflexiones de exégetas son capaces, en muchos casos, de hacernos presente lo trascendente con tanta fuerza como la contemplación de la belleza terrenal, imagen tenue de la Belleza Suprema.

Aprovechemos estos días para revivir tradiciones en muchos casos más que centenarias con procesiones como las de Burgos, reactivadas potentemente en los últimos lustros. Viajemos a Roa, donde reviviremos cantos del Siglo de Oro. Vayamos a Sotillo de la Ribera, villa en la que las hogueras crearán atmósferas de difícil descripción. Admiremos a los centenares de mujeres y hombres que representarán los acontecimientos evangélicos en las pasiones vivientes de Lerma, La Molina de Ubierna o Villalbilla de Burgos. Disfrutemos de la Bajada del Ángel en Aranda de Duero o de los cantos de mozas el Domingo de Pascua en Villalmanzo. Y, si podemos, asistamos a alguno de los oficios de espiritualidad profunda y contenida en nuestros monasterios o conventos tanto masculinos como femeninos. Se diga lo que se diga la Semana Santa es una de nuestras señas de identidad cultural y espiritual y, por fortuna, goza de buena salud.