La normalidad vuelve a una hostelería con dudas

B.G.R.
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El tiempo y el precio de las materias determinarán el cierre de una campaña de Navidad en la que se ha recuperado del volumen de clientes previo a la covid

El sector valora la recuperación de la actividad en las primeras navidades sin restricciones. - Foto: Alberto Rodrigo

La previsiones de la hostelería para esta campaña de Navidad se están cumpliendo por el momento, si bien el sector mira con recelo a ciertos condicionantes que pueden lastrar sus pronósticos. Por un lado, a la meteorología, con una semana de lluvias prácticamente permanentes que retraen la afluencia de clientes y, por otro, al incremento de los precios de alimentos y bebidas, que -asegura- que «siempre hay miedo de repercutir» en el coste final de los servicios prestados.

Estas circunstancias llevan al presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes, Fernando de la Varga, a mostrarse prudente a la hora de valorar uno de los momentos del año de mayor consumo hasta que finalice por completo. «El volumen de clientes está siendo bueno, como lo era en las navidades anteriores a la pandemia, lo que no significa que finalmente esa situación se traduzca en un aumento de la facturación», señala.

De la Varga atribuye esa vuelta a la normalidad a la necesidad de los ciudadanos de «reencontrarse con familiares y amigos» después de que el año pasado la sexta ola de la pandemia reactivara las restricciones sanitarias y frenara dichos encuentros. En este punto, muestra su satisfacción y reconoce las dificultades que se han producido en los últimos de semana «para poder encontrar una mesa libre». Extiende esta situación al resto de la campaña, teniendo en cuenta el número de reservas existentes tanto para los sábados y domingos como para el resto de días de la semana en el caso de la restauración, ya que a otros subsectores, como pueden ser los bares de pinchos, les influye en mayor medida la meteorología. 

En cuanto a los resultados económicos, el también vicepresidente de la Federación de Hostelería aplaude la bajada del precio de la electricidad de los últimos días, «que permitirá aliviar la subida exponencial de las materias primas, que es la que realmente no está lastrando en estos momentos». Al respecto, sostiene que «de nada sirve haber facturado un 10 o 15% más si los costes se han disparado un 20 o 30%», a lo que añade los cambios constantes que se producen en la evolución de la inflación.

Respecto a la bajada del IVA de  alimentos básicos anunciada por el Gobierno, se muestra escéptico y considera que afectará mínimamente al sector. Basa su argumento en que se trata de artículos «muy concretos» entre los que se no se encuentra la carne y el pescado, que «son de alto consumo en la hostelería», así como las bebidas. Además, subraya que esa reducción «no compensará en ninguna medida» al crecimiento de los precios registrado hasta el momento: «Está muy bien pero la medida escapa al grueso de la actividad que pueda tener un restaurante».

A la espera de ver cómo evolucionen los citados condicionantes, será a mediados de enero cuando la patronal realice un balance definitivo de esta campaña, que se convertirán en determinante para afrontar un primer trimestre que ya anticipa como difícil.