Segundas partes fueron buenas

ÁLVAR ORTEGA
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El Burgos CF es tan incapaz en el primer tiempo como superior en la reanudación. Solo suma cinco goles antes del descanso, pero es la mejor defensa y uno de los ataques más contundentes tras el mismo

Gaspar celebra con Curro su gol en El Toralín. - Foto: Alberto Rodrigo

En el último encuentro del Burgos, frente al Albacete, el conjunto blanquinegro casi no alcanzó el área rival en los primeros 45 minutos y tampoco inquietó a Bernabé, portero visitante que no tuvo que repeler el primer disparo a puerta hasta que se superó el descanso. Este precedente no es más que el reflejo de un estilo que está convirtiendo el 0-0 del intermedio en una costumbre para los hombres de Julián Calero, que en la reanudación habitualmente cambian de manera radical para lanzarse a por los tres puntos. Esta fórmula le está funcionando al Burgos, que es séptimo en la clasificación a pesar de ser uno de los peores equipos en las primeras partes. Y es que, habitualmente, lo compensan con unas segundas mitades tan diferentes a las primeras como efectivas, pues son uno de los mejores conjuntos de toda la categoría desde el minuto 45 al 90: reciben menos goles que nadie (9) y marcan casi como el que más (19).

Si tuviéramos en cuenta tan solo los resultados al descanso, el Burgos sería el 18º clasificado de la Segunda División. Sumaría tan solo 30 puntos en 28 jornadas con un pobre balance de cuatro victorias, 18 empates (más que ningún otro equipo) y seis derrotas.

Hasta la retirada a los vestuarios, el Burgos apuesta siempre de manera manifiesta por no recibir goles a pesar de que ello suponga no marcar. El planteamiento defensivo blanquinegro llega a su máximo exponente antes del descanso, primando el cierre de filas y el despeje de balones en detrimento de la creación de jugadas en la faceta ofensiva para acercarse al área rival.

Una apuesta que Julián Calero y su equipo habitualmente agradecen. Es raro ver a José Antonio Caro recoger el balón de las redes de su portería en dichos minutos y es que solo lo ha hecho seis veces. Eso sí, cuando lo hace, el Burgos suele encarar la segunda parte perdiendo. Solo ha habido un partido en el que no lo ha hecho y en el que ambos equipos han marcado en los primeros 45 minutos. Fue en el que se disputó en El Toralín a inicios de diciembre. Gaspar adelantó a los visitantes en el minuto 31, pero Hugo Vallejo puso en el 38 el único 1-1 al descanso de toda la temporada burgalesista.

Segunda parte. Una vez comienzan los segundos 45 minutos, el Burgos se transforma, mejora, aumenta su posesión del balón, se atreve a más y amenaza la portería rival mucho más que la media del resto de la categoría. De los 24 goles marcados, 19 han llegado una vez superado el ecuador del duelo. Tan solo Las Palmas y el Albacete (20) son mejores. Además, en defensa nadie recibe menos goles que el Burgos, que ha tenido que lamentar solo nueve tantos rivales después del intermedio, misma cifra que Las Palmas y el Granada.

Este excelente rendimiento de cara al gol propio y ajeno por parte del club del Arlanzón le permite ser el tercer mejor equipo de la Segunda División si tuviéramos solo en cuenta las segundas mitades. Sumaría 46 puntos y sería tercero, solo superado por Las Palmas y el Alavés. Esta cifra es muy similar a la de actual clasificación, en la que tiene 44 y ocupa el séptimo lugar.

Su balance tras el descanso es de once victorias, 13 empates y solo cuatro derrotas gracias a que marca un gol de media por partido.

Una diferencia abismal entre lo que sucede antes y después del descanso, especialmente de El Plantío, pues esta temporada el Burgos nunca ha conseguido irse con ventaja al intermedio en campo ajeno. Acumula diez empates y cuatro derrotas en dicho escenario.