Campofrío es el día a día de Javier Dueñas desde hace casi 30 años. El incendio de La Bureba y su reconstrucción forman parte de los recuerdos personales y de la dilatada experiencia profesional del director ejecutivo de la compañía en España, que también tuvo que gestionar, años después, los gigantescos retos que planteó la pandemia y sus secuelas en la industria alimentaria. Hoy, visitando la nueva planta, pone, por encima de todo, el valor de las personas y del trabajo en equipo y la implicación y compromiso de la ciudad de Burgos con una de sus empresas emblemáticas, aún en los peores y más difíciles momentos.
¿Cómo vivió aquel 16 de noviembre de hace diez años?
Como una historia de superación. Me acuerdo de ese domingo, me levantaba temprano porque llevaba a mis hijas pequeñas a la piscina y, de repente, vi un montón de mensajes. Me quedé en shock. Nunca se me olvidará ese domingo por la mañana. Recuerdo el viaje de Madrid a Burgos, llamándonos entre compañeros. Fue una situación, la verdad, terrible. Veíamos algunos de los vídeos e imágenes de lo que nos íbamos a encontrar, ya íbamos anticipando lo que se nos venía encima. No pude entrar a la planta, porque habían cortado todos los accesos. Acudí a una reunión en Campofrío Frescos, nuestra primera base de operaciones en Villalonquéjar.
¿Allí ya se habló de reconstrucción?
Sí, tratamos de gestionar una situación de máxima incertidumbre como una oportunidad. Eso es fácil decirlo ahora, pero claro, en aquel momento... Afrontábamos algo en lo que no teníamos experiencia en gestionar. Era la planta más grande y relevante que teníamos y, de repente, ya no estaba. La colaboración entre la gente, entre los empleados, los competidores, los proveedores, las autoridades, los consumidores y la ciudad de Burgos fue fundamental. Todo lo que diga es poco. Salió lo mejor de cada una de las personas involucradas. Desde este ámbito de resiliencia y colaboración, solo tengo buenos recuerdos. Hicimos un primer balance, que estuviéramos todos sanos y salvos. Eso era lo fundamental, eso era algo crítico. Analizamos también las pérdidas y la reducción de capacidad. Afrontábamos el inicio de la campaña de Navidad, el momento era muy crítico y teníamos una fábrica reducida a cenizas. Nos comprometimos enseguida a reconstruirla, y hoy vemos aquí, 10 años después, en qué se convirtió ese compromiso: En el arraigo con la ciudad y en el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Javier Dueñas, CEO de Campofrío España. - Foto: Valdivielso¿Cómo se arranca desde cero?
Aparte de en cómo reconstruir la planta, nos enfocamos en cómo mantener nuestros productos en los lineales de los supermercados. Para ello, tuvimos la colaboración de otras empresas del Grupo, con terceros y con más de 40 proveedores externos. Hubo una presencia comercial muy agresiva para no perder espacio e incluso la reforzamos con acciones promocionales. Se estableció una comunicación muy transparente y permanente con todos los grupos de interés. Sin duda, en una gestión de crisis -internamente y con la sociedad- la comunicación es clave. Hay que ser fiel a lo que crees y ser muy directo con lo que estás haciendo y con lo que te queda por hacer.
Las buenas comunicaciones han sido siempre uno de los grandes activos de Burgos y tenemos que asegurar que sigan siéndolo»
¿Qué nueva fábrica querían?
Una que mejorara a la antigua. Hoy tenemos aquí una fábrica que, en términos de capacidad de fabricación de embutidos, de cocidos y de loncheados supera significativamente a la que teníamos anteriormente. Al final es un complejo de 99.000 m2 que incorpora nuevas tecnologías, con una mayor automatización de procesos, más aplicaciones de control y trazabilidad, más digitalización y la gestión de TPM (Mantenimiento Productivo Total). Es una planta muy moderna. Las necesidades en aquel momento de formación de los trabajadores fueron fundamentales porque había desaparecido una fábrica, pero había nacido dos años después otra con unas características muy diferentes. Estamos muy orgullosos de lo que hemos conseguido en seguridad alimentaria. La nueva Bureba es un entorno controlado y cien por cien libre de alérgenos. Cumplimos unos altos estándares de seguridad contra incendios, con la certificación Highly Protected Risk.
Campofrío es hoy una instalación modélica en seguridad.
Cuando alguna empresa también sufre algún accidente enseguida nos llaman o llamamos para compartir también nuestra experiencia como modelo a seguir. Bueno, al menos lo que nosotros aprendimos para bien y para mal. En la fábrica integramos del centro de I+D más potente de Europa, con un laboratorio de análisis físico, químico y microbiológico con unos estándares muy altos y un Panel Sensorial, para la evaluación de las características sensoriales y organolépticas de nuestros productos y los de la competencia, así como de las necesidades del consumidor. Es un banco de pruebas fantástico. Tenemos también internamente una sensibilidad nutricional, por la que queremos seguir apostando claramente en todo lo que son mejoras de formulación, ofreciendo también alternativas a los consumidores más sanas y más adaptadas a sus necesidades. Es algo crítico. El Panel Sensorial nos ayuda mucho en esa estrategia nutricional que tenemos.
¿Qué papel juega Burgos en Campofrío Food Group?
La Bureba es parte del Grupo de España, que tiene un total de ocho fábricas bajo las cuatro principales marcas: Campofrío, Navidul, Revilla y Oscar Mayer. Tres de las fábricas más relevantes están situadas en el complejo de Burgos, donde hablamos de más de 1.700 personas, que presentan más del 50% de la plantilla del Grupo en España.
¿Qué proyectos de crecimiento tienen en La Bureba?
Es uno de los buques insignias que tenemos para el presente y para el futuro. Nosotros siempre estamos o intentamos estar muy cerca del consumidor, entendiendo sus demandas e intentando satisfacerlas. La Bureba es una planta con una capacidad instalada o con capacidad de crecer de una forma muy ordenada. Por lo tanto, ahí sí que tenemos una disponibilidad y capacidad muy fuerte para seguir creciendo. Asistimos a un consumidor cada vez más informado, que tiene muy claro lo que quiere y esta planta cuenta con todos los condicionantes técnicos y de calidad para ofrecer todo este tipo de soluciones. Es una planta preparada para afrontar todos los retos que tenemos por delante. Desde un punto de vista de trazabilidad, los estándares son muy altos. Separamos también especies por porcino y por pavo. También nos hemos adaptado a las necesidades de diferentes grupos. Por ejemplo, recientemente hemos conseguido la certificación halal para atender demandas de la población musulmana. Es una planta que, desde un punto de vista de capacidad y de estándares, sin duda va a ser uno de los centros principales para el desarrollo en España y Europa.
¿Hay algún proyecto inmediato de ampliación o de inversiones?
Estamos continuamente afrontando proyectos. El año pasado hicimos varias actuaciones y para el presupuesto del año que viene también tenemos. Tenemos ya una estructura con inversiones incorporadas en los presupuestos de cada uno de los años. La última actuación que como compañía hemos hecho ha sido la inversión en el almacén logístico que tenemos junto a Campofrío Frescos. Es una apuesta muy sólida para la ciudad y, en empleo, la contribución también en estos años ha sido importante para Burgos.
Es una planta preparada para afrontar todos los retos que tenemos por delante»
¿Hacia dónde avanza la industria de la alimentación?
Los alimentos tienen que ser sabrosos o deliciosos, eso es algo fundamental para que haya repetición. Nosotros estamos en el mundo del gran consumo y ahí estamos viendo tendencias muy diferentes. Vemos un segmento de la población muy preocupado y con un interés muy grande en todo lo que es alto contenido cárnico. Vemos también consumidores muy atentos a las etiquetas limpias, es decir, con menos contenidos de aditivos. Esta planta es óptima para trabajar en ingredientes y listas de productos más cortas.
La Bureba también superó la pandemia.
Venimos de una clasificación de los canales muy estructurada en los últimos años y la pandemia probablemente haya sido un acelerador, han contribuido a esa ruptura de canales. Y hoy día cuando hablamos de omnicanalidad, vemos el consumo en casa mediante delivery, mediante recogida en tienda, con los food service, con los supermercados, con supermercados que tienen la comida preparada y que te la puedes comer en el propio supermercado. Entonces, se han roto todas las barreras que había y hoy las empresas de alimentación estamos intentando ofrecer nuestros surtidos a las diferentes necesidades del momento de la compra o del momento del consumo. Y esto lo estamos viendo en cada una de las categorías en las que trabajamos.
Llama la atención su entrada en el menú de los hospitales.
Dentro de nuestra división de food service, tenemos una gama que denominamos health care, que busca aportar soluciones específicas a algunos de los segmentos de población. Y ahí arrancamos con una presencia muy importante en hospitales y geriátricos, en gente con disfagias. Y estamos desarrollando, ya estamos también en retail, en alguno de los clientes principales de la distribución organizada. Y es una gama donde tenemos también un desarrollo de e-commerce relevante. Y estamos desde ahí afrontando un desarrollo no sólo en torno a necesidades severas nutricionales, sino también a un ámbito más amplio, por una población mucho más de lo que denominamos silver. Porque cada vez vemos una población que llega a edades a partir de 60 años, muchas en un perfecto estado de salud, pero con unas necesidades cada vez más diferenciadas. Estamos asistiendo a una 'hiperpersonalización' de las demandas. No se va a llegar, porque no tiene sentido desde un punto de vista industrial, a la persona, pero sí a grupos más homogéneos y ahí estamos viendo unas oportunidades muy interesantes desde las que estamos pudiendo ofrecer algunas de las soluciones.
¿Se consumen más productos cárnicos o están a la baja?
Nuestras categorías, sobre todo si me centro en charcutería, siguen creciendo. Este año el crecimiento medio, según Nielsen, está siendo en torno a un 3%. Y ese crecimiento en volumen viene influenciado porque la gente sigue disfrutando de este equilibrio que les da en salud, nutrición y disfrute nuestros productos y luego que la población ha seguido creciendo. Para el gran consumo, uno de los grandes motores es el crecimiento de la población y en España estos últimos años también la población ha seguido creciendo. Estamos viendo, a diferencia de otros países donde igual la charcutería está sufriendo un poco más o está plana, que en España sigue creciendo. Es más, cuando vemos algunos de los datos de los últimos meses, hay categorías muy centradas en la indulgencia, como es por ejemplo el bacón, que está creciendo de forma significativa. Es decir, el disfrute sigue teniendo un peso muy importante en todas nuestras categorías.
En la gestión de una crisis, la comunicación es clave. Hay que ser fiel a lo que crees y ser muy directo con lo que estás haciendo»
¿Cómo evoluciona la demanda de productos vegetarianos?
En los últimos años la alternativa vegetal tuvo un crecimiento importante y ahora está más o menos plana, pero es una necesidad que va a seguir estando de forma generalizada en la población. Veremos finalmente con qué dimensión, pero es otro segmento que también, si echamos la vista atrás, hace unos años no era relevante. También desde nuestros diferentes centros de trabajo, a través de las marcas que tenemos, también estamos haciendo ofertas y propuestas a los consumidores.
¿Campofrío va a seguir apostando por proyectos de ciudad, opinando o participando en los mismos?
Sin duda y, de hecho, ese arraigo viene desde 1952, de cuando nace este proyecto. Además de generar empleo, somos un miembro activo en la sociedad y estamos continuamente intentando aportar para su desarrollo y bienestar. Burgos Se Mueve, los Juegos Escolares de la Diputación... Participamos en la vida empresarial burgalesa a través de FAE, de la Cámara de Comercio, del Consejo Asesor de Industria de la Ciudad de Burgos. Apoyamos diferentes iniciativas, como la Ciudad de la Ciencia e Innovación, el corredor del tren Madrid-Aranda-Burgos, la reconstrucción de la Catedral... Estamos en ONGcomo Cáritas o Cruz Roja. Tenemos una diferente batería de acciones sociales, de empleo y de nuestra representación también en la industria muy importantes y con el deseo de seguir contribuyendo de esta manera.
¿Se suman a la petición de mejores infraestructuras de comunicación por carretera y ferrocarril?
Sí y de hecho estamos siempre presentes en este tipo de peticiones. Para nosotros son fundamentales. Nuestros principales centros de producción como nuestro almacén logístico están aquí, con lo cual todo lo que sea esa vertebración logística desde Burgos para el resto del país es fundamental, al igual que para las exportaciones, todo lo que sea la salida al mar desde la Aduana. Sin duda, unas buenas comunicaciones son fundamentales, tanto desde un punto de vista puro de costes, como de soluciones. Muchos de nuestros productos tienen una vida útil de 30 días. Por lo tanto, todo lo que sea la mejora en la eficiencia de la logística mejor, cada hora cuenta, sobre todo cuando afrontas la última milla. Las comunicaciones han sido siempre uno de los grandes activos de Burgos y tenemos que asegurar que sigan siéndolo.
¿Qué perfiles profesionales necesitan?
Uno con el que más dificultades tenemos es el perfil técnico especializado en mantenimiento. Tenemos una fábrica muy tecnológica, donde la necesidad del conocimiento de muchas de las soluciones es fundamental para mantener y para mejorar lo que tenemos. Necesitamos personas cualificadas que nos aporten ese valor sobre la maquinaria.
¿Qué les aporta pertenecer a Sigma?
Nos ofrece un ángulo muy sólido desde muchos puntos de vista. Desde el impacto internacional, por supuesto, a la fortaleza financiera, y luego también aporta palancas de crecimiento. Con Sigma tenemos varias plataformas de crecimiento en varios países y España es uno de los que están a la cabeza.
¿Cuál es la apuesta exterior de Campofrío?
Exportamos a 64 países. Para nuestro sector la exportación es muy relevante. En procesados tenemos la suerte de contar con una serie de productos, como el jamón, el fuet o el chorizo que son muy conocidos porque a España vienen ya casi 90 millones de turistas cada año y, por lo tanto, hay un conocimiento de producto muy basado en el disfrute, en la experiencia de vacaciones. Tenemos presencia relevante en muchos países de Europa, donde disponemos además unidades de negocio propias y a través de nuestra red de comercialización podemos llegar a los clientes. Estamos presentes en el continente americano, tanto en Norteamérica como Latinoamérica, y sin duda Sigma en México. Luego, por irme a otras geografías, por ejemplo, en Japón, el mundo de la experiencia del jamón curado, tenemos mucha ilusión en poder hacerlo crecer.