Homenaje a Ibáñez

R.E.C. / Burgos
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La sala de exposiciones de la Biblioteca Pública acoge la muestra que Luis Jorge Arribas realiza en forma de tributo al historietista español con algunos de sus personajes más famosos como protagonistas

Arribas expone también otros objetos personales, como carteles o firmas, que ha ido coleccionando. - Foto: Patricia

Se van a cumplir dos meses de la muerte del historietista Francisco Ibáñez, creador de multitud de series humorísticas que han reflejado la sociedad española de cada momento y que han sido un icono esencial para numerosas generaciones. Para siempre quedarán los entrañables Rompetechos, El botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio o el mítico dúo de Mortadelo y Filemón, quienes están viviendo una segunda juventud -a pesar de sus 65 años de edad desde que vieran la luz por primera- gracias a que aún muchos niños siguen iniciándose en el mundo de la lectura de su mano.

Un legado del maestro del cómic español que el artista Luis Jorge Arribas 'Luigi' recoge en la muestra 'Homenaje a Ibáñez' en la sala de exposiciones de la Biblioteca Pública (plaza San Juan) y que se podrá ver durante todo el mes de septiembre. En él, los asistentes descubrirán un tributo a Ibáñez en forma de una treintena de cuadros en óleos que este joven ha pintado en la Escuela de Dibujo del centro cívico Río Vena y que tienen como protagonistas a los personajes más relevantes, con el toque personal de Arribas, que los ha recreado a su estilo. 

Unos dibujos que se suman a otros objetos personales como carteles, firmas o dedicatorias que ha ido coleccionando durante todos estos años de una relación que nace en Madrid cuando él era un adolescente y acudió a un encuentro de firmas donde conoció personalmente a Ibáñez. «Contactaba con él y me enviaba algún cómic firmado, me felicitaba las Navidades y hasta intercambiaba ideas conmigo e incluso me decía las novedades. Era muy majo y campechano», afirma este usuario del centro ocupacional de Aspanias, al tiempo que reconoce que desde su fallecimiento, en julio de este mismo año, han sido muchos los lectores que han quedado huérfanos de sus historias.

En cierto modo e indirectamente, esta exposición también se ha convertido en un reconocimiento a su abuelo Javier, quien regentaba hace años un kiosco ubicado en la avenida del Cid y era él quien le regalaba todos los tebeos que no vendía el día anterior. De esta manera, nació su gusto por los cómics, en especial por los de Ibáñez, con los que con tan sólo 4 años utilizaba para aprender a leer «mientras me comía los bocadillos».

«Me gustaba mucho su humor y su gracia». Por eso, espera ilusionado que la gente se anime a ver la exposición, sobre todo si es con niños e «incite a leer los cómics de Ibáñez ahora que parece que vuelven a estar de moda, y ojalá regrese también el intercambio de tebeos en la calle, como se hacía antiguamente, porque eso será una buena señal de que no se estará tanto con las pantallas» manifiesta 'Luigi' para quien no es su primera exposición ya que lo ha hecho con anterioridad en Quintanadueñas, Salas de los Infantes o el centro de educación Puentesaúco. Su idea es que este homenaje recaiga en otras instalaciones municipales como bibliotecas o centros cívicos, donde ya tiene cerrado algunas fechas para los próximos meses.