El área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Burgos, en manos de Vox desde la conformación del Gobierno de coalición con el PP, no parece estar dispuesta a ceder a la presión de los integrantes de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, que mantienen viva desde hace casi tres meses una 'huelga' para tratar de conseguir, entre otros objetivos, que se les construya una nueva base en las inmediaciones del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Villafría.

Para ser precisos, los alrededor de 40 voluntarios que integran la Agrupación, muy mermada de efectivos por las disputas internas que se arrastran desde hace años, se encuentran en realidad de baja temporal ya que un voluntario, como tal, no puede hacer huelga (no es un asalariado). Sea como fuere, lo cierto es que el momento escogido para realizar la protesta ha sido especialmente sensible ya que el Ayuntamiento, sin apenas margen de maniobra, se encontró con que no podía contar con su presencia en citas de afluencia tan masiva como La Noche Blanca, el Curpillos o las fiestas de los Sampedros. Para suplir su ausencia se tuvo que recurrir a la Policía Local, con horas extraordinarias, y a Cruz Roja y los bomberos, por su parte, asumieron la elaboración de los planes de emergencia tras la marcha de la técnico responsable (tanto esta salida como el paro de voluntarios se solaparon en el tiempo).

La protesta de los voluntarios no sentó bien al anterior Ejecutivo ya que incluso se hicieron visibles las movilizaciones durante la campaña electoral. Y al nuevo equipo de Gobierno, que ha sido quien ha sufrido la ausencia, parece que también se le podría estar agotando la paciencia. Más aún después de haber comprobado que los eventos multitudinarios se han celebrado sin mayores contratiempos.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Ignacio Peña, defiende que él lo que quiere es que los voluntarios que en este momento están de baja «vuelvan». Y si no lo quieren hacer lo que les pide es que «se echen a un lado». Dicho sin eufemismos, que dejen la Agrupación. 

Lo que no está dispuesto el equipo de Gobierno es a aceptar la exigencia de que se construya una nueva base en Villafría ya que su coste, que podría rondar los tres millones de euros, se considera desorbitado e inasumible.

Se reconoce, eso sí, que la actual base, en la calle Juan Bravo, se encuentra en un pésimo estado pero se quiere analizar si es posible resolver las carencias con una reforma. 

No obstante, parece ser que la petición de la nueva base en Villafría se ha sumado también alguna otra exigencia que en el equipo de Gobierno ven también como inasumible.

En este momento, lo cierto es que el Ayuntamiento no tiene capacidad, desde el punto de vista jurídico, para poder expulsar a los voluntarios y tienen que ser ellos mismos los que decidan abandonar salvo que incumplan alguno de los preceptos recogidos en el Reglamento Municipal de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil.

Lo que sí detalla ese texto en su artículo nueve, que seguramente conocen con detalle los voluntarios, es que su baja temporal no se puede prolongar durante más de seis meses. Es decir, no podría extenderse más allá del 20 o 21 de octubre. Pasado ese periodo, se entiende que esa baja pasa de ser temporal a definitiva.

En este momento los voluntarios parecen haber perdido capacidad de presión ya que los actos más multitudinarios en los que se podría hacer más necesaria su presencia ya se han celebrado.

La próxima semana está prevista una reunión entre el concejal y miembros de la Agrupación, si bien no parece que el equipo de Gobierno esté muy por la labor de atender sus exigencias. Y en este asunto, vistos los precedentes, seguramente contará con la oposición.