No hay tregua para el ministro del Interior. El agrio enfrentamiento que mantiene desde hace semanas la oposición, liderada por un PP muy beligerante, con Fernando Grande-Marlaska a cuenta de los casos judiciales que salpican al instituto armado (los casos Mediador y Cuarteles) dio ayer un salto cualitativo con un nuevo frente que se le abre ahora: el varapalo judicial que el pasado martes le dio el Supremo tras declarar ilegal su decisión de cesar en 2020 al coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de Madrid por no informarle de que había abierto una investigación sobre si la manifestación del 8-M de ese año había propiciado la expansión de la pandemia del Covid.

En ese trabajo, De los Cobos actuó bajo el mandado de la jueza que ordenó las indagaciones. Si hubiese informado al Ejecutivo de sus actuaciones podría haber incurrido en lo que se denomina un «ilícito penal».

En la sesión de control al Gobierno, la diputada del PP, Ana Vázquez, le apremió a que restituya al coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid. «Reprobado», «autoritario», «arbitrario», fueron calificativos que lanzó al ministro la parlamentaria por su actuación con el coronel Pérez de los Cobos. «Usted debería de estar ya dimitido y sentado en una comisión de investigación», añadió en tono acusatorio.

«La falta de confianza queda», sostuvo Marlaska en respuesta a Vázquez, a la que preguntó directamente: «¿Usted tendría confianza en aquellas personas que gestionaban los fondos reservados?». Con ese interrogante, Marlaska pretendió airear otra vez el conocido como caso Kitchen. 

Así, aludió a la desclasificación de documentos por petición de la Audiencia Nacional en el marco de la investigación sobre Kitchen por el dispositivo presuntamente parapolicial para sustraer documentación al extesorero del PP, Luis Bárcenas, un caso por el que Pérez de los Cobos testificó en sede judicial y por el que está procesado el exministro Jorge Fernández Díaz y su número dos, Francisco Martínez.

En concreto, Pérez de los Cobos aseguró en calidad de testigo que desconocía el uso de fondos reservados en este caso porque su control era meramente contable y no sabía los detalles concretos de a quién se pagaba. El coronel también testificó en el juicio en el Supremo en el que fueron condenados los líderes del procés.

En su defensa de que mantiene la pérdida de confianza en Pérez de los Cobos pese al fallo del Supremo, Grande-Marlaska eludió mencionar la investigación del 8-M para centrarse en los fondos reservados. «Los gestionaban sin el debido control, tuvieron que ser desclasificados a petición de la autoridad judicial y está en un expediente, y permitieron con ese no control de los fondos reservados que se utilizara para destruir pruebas para que el PP pudiera ocultar su responsabilidad», sostuvo.

La parlamentaria popular, en su réplica, le afeó que «aniquilara» profesionalmente a Pérez de los Cobos con su cese y rechazando 14 veces su ascenso a general. Por este motivo, Vázquez sostuvo que Grande-Marlaska -«soplón con galones»- como llegó a denominarlo, está «moralmente inhabilitado» incluso para volver a la carrera judicial.

También utilizó como ariete contra el ministro a la exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez, volviendo a preguntar por los pisos que compró y aludiendo a la imputación de su marido y al rastreo del dinero supuestamente sustraído de los ERE de Andalucía.