El alcalde de Bañuelos de Bureba, Jesús Viadas, espera tener listo para junio el proyecto que alumnos de la Escuela Politécnica de la Universidad de Burgos están redactando sobre la transformación de la vieja escuela del pueblo en el segundo museo pedagógico español sobre la innovadora técnica Freinet que introdujo en los años 30 la imprenta en las escuelas. En una primera estimación, el regidor apunta que se necesitará una inversión aproximada de 100.000 euros para poder crear el museo. El edificio que lo albergará ya ha sufrido algunas mejoras valoradas en 17.000 euros, un dinero procedente íntegramente de las arcas del Ayuntamiento.
«En cuanto tengamos en la mano el proyecto que nos están redactando los alumnos de la UBU, saldremos a buscar financiación; ya hemos hablado con Adeco Bureba y tenemos previsto hacer una ronda con las instituciones para que apoyen este museo que será pionero en la región», indica. En las próximas semanas, el Consistorio de Bañuelos aprobará los nuevos presupuestos municipales y la intención es consignar una partida para el futuro museo. Por otro lado, Viadas explica que durante varios fines de semana, los vecinos están limpiando y pintado el interior del edificio para acoger a los 44 docentes que se han inscrito en las jornadas que se desarrollarán los días 11 y 12 de abril para difundir la técnica Freinet.
Este método fue introducido en la escuela de Bañuelos a mediados de los años 30 por el maestro catalán Antoni Benaiges al que aún muchos recuerdan. En las jornadas programadas se incluyen charlas, talleres y la proyección del documental El Retratista. Este audiovisual gira en torno a Benaiges y está siendo exhibido en salas de diversas ciudades españolas y también latinoamericanas. El documental cuenta cómo en el año escolar 1934-35, el Ministerio de Educación de la II República Española asigna al joven maestro catalán Antoni Benaiges la escuela rural de Bañuelos de Bureba y cómo pocos meses después consigue una imprenta para sus niños. En él aparecen antiguos alumnos del maestro aportando testimonios y recuerdos así como las exhumaciones en La Pedraja en cuyas fosas están los restos del docente. La banda sonora escogida es la canción Campanadas a mort, de Lluís Llach que ha sido cedida por cortesía del autor.