La alcaldesa de Aranda de Duero, Raquel González, firmó ayer un decreto por el cual se declara la situación de sequía en el municipio, una decisión que ya ha trasladado a la Confederación Hidrográfica del Duero.

Se trata de una opción contenida en el Plan de Sequía municipal de 2018, creado para tomar medidas ante la falta de agua en momentos excepcionales. La decisión tomada por la regidora se explica por distintos motivos. Por una parte, el derrumbamiento en mayo del año pasado del acueducto situado en las traseras de la Bodega García de Aranda. Al quedar inutilizado, en todo este tiempo el abastecimiento de agua para Aranda sólo llega desde el manantial de Tubilla del Lago. Tras redactar el proyecto, la alcaldesa aseguró que las obras de reparación comenzarán próximamente, a través de un contrato de emergencia. Aunque en los presupuestos para 2022 se incluye una partida de un millón de euros, finalmente su coste ascenderá a 1,5 millones. La diferencia se asumirá con remanentes.

Por otra parte, influye la situación de sequía a nivel nacional con escasas lluvias en invierno. Dos factores que podrían derivar en posibles cortes de agua en el polígono norte y el barrio de Las Casitas. En cualquier caso, González subraya que no hay que alarmarse: "Quiero tranquilizar a los ciudadanos, la situación ahora mismo no es de alarma, pero sí de prevención, por lo que pedimos que sean responsables, como el Ayuntamiento ha pretendido con esta toma de decisión".

Entre las primeras medidas que tomará el Consistorio figura la reducción de agua utilizada en el riego. Se harán campañas de concienciación y se pide a los ciudadanos "que colaboren en esta decisión para evitar una situación peor".