Las altas temperaturas adelantarán otros 7 días la vendimia

I.M.L. / Burgos
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Las labores de recogida de uva en la Ribera del Duero podrían comenzar antes de que acabe el mes de agosto con las variedades más rápidas, como la albillo mayor, pero hasta la primera semana de septiembre no se generalizará la de tempranillo

La viña, después de las labores de aclareo de racimos, espera que llueva algo para completar bien su ciclo de maduración. - Foto: DB

Atrás quedó la costumbre en el territorio de la DO Ribera del Duero de tener el puente del Pilar como momento idóneo para recoger la cosecha de uva. La profesionalización del sector, la necesidad de vendimiar en función de las características fenológicas que se buscan para la elaboración de vinos y el incremento de las temperaturas hacen que el inicio de los trabajos de recolección en el viñedo sea cada vez antes en el calendario.

Esta campaña no va a ser una excepción y, de hecho, agentes del sector consultados confirman que habrá un adelanto de fechas con respecto a 2022, que pueden rondar entre los 10 días y una semana de media. Eso supone que, si el año pasado las primeras bodegas en recibir uva lo hicieron el 30 de agosto, esta campaña podría iniciarse la próxima semana con variedades que maduran antes, como la albillo mayor, para generalizarse entre la primera y segunda semana de septiembre con las uvas tempranillo, base de los vinos de la DO Ribera del Duero. 

Todavía no se ha empezado a hacer controles generalizados en los viñedos del territorio amparado por las denominaciones de origen para conocer el estado de las uvas, pero los expertos ya auguran el inicio adelantado de la vendimia. «En principio, la próxima semana arrancaremos con los controles de maduración», estima Fernando Ortiz, de Territorio Luthier, que apunta que los episodios de heladas sufridos esta campaña «pueden afectar también a la cantidad de producción y, sobre todo, a adelantar aún más si cabe la vendimia debido a la escasa producción que tienen muchas de las viñas heladas».

Trabajando sobre el terreno, se constata ese adelanto en la maduración de las uvas, lo que hace prever que más pronto que tarde los vendimiadores empezarán a ocupar las parcelas. «Lleva como una semana de adelanto con respecto al año pasado, porque el envero está muy avanzado, se encuentra ya en fase final, y la ola de calor ha favorecido a paliar en gran parte los problemas sanitarios de oídio que hubo», valora Eduardo Izquierdo que como viticultor destaca que «en vendimia no habrá ningún problema sanitario, quitando algo de botritis que puede aparecer».

Sobre ese buen estado sanitario incide también José Manuel Pérez Ovejas, de Dominio de Calogía, que asegura que «gracias a los tratamientos adecuados con azufre y las altas temperaturas se ha logrado cortar los brotes que habían aparecido». Desde su experiencia, estima que «el ciclo viene adelantando unos 7 o 10 días con respecto al año pasado» y que «la percepción, a día de hoy, es muy buena y la viña no está acusando, de momento, la sequía, la hoja está verde y activa», lo que es favorable para poder terminar sin agobios la maduración, a lo que contribuirá también que «después de la intensa ola de calor que sufrimos volvemos a temperaturas habituales, con noches y madrugadas algo más frescas».

En las tres y cuatro semanas «claves» que restan para la generalización de la vendimia, sobre el terreno se espera que alguna lluvia ayude a completar esta campaña. «Aún es muy pronto para hacer valoraciones sobre los rendimientos por hectárea, si llueve aumenta un 10% y si no llueve merma un 10%, aproximadamente», apostilla Pérez Ovejas.