El pluriempleo fantasma prospera entre miles de asalariados

G. ARCE / Burgos
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Los expertos advierten de que estos ingresos en 'b' están proliferando al calor de la inflación y distorsionan tanto los datos de cotización a la Seguridad Social como los del desempleo

La enorme pérdida de poder adquisitivo ha disparado la actividad laboral no declarada. - Foto: Alberto Rodrigo

En Burgos, como en cualquier economía, hay trabajadores que tienen dedicación profesional a dos empresas o más, es decir, son pluriempleados. El problema es cuando esas dedicaciones extra -todas o algunas de ellas- están camufladas y no están cotizando a la Seguridad Social. Este último fenómeno, el del pluriempleo fantasma, no es nuevo, aunque los expertos advierten que se está extendiendo al calor de la alta inflación, el alto coste de la cesta de la compra, las hipotecas disparadas y la pérdida generalizada del poder adquisitivo de las familias que se está sufriendo en los últimos meses.

Como cualquier manifestación de la economía sumergida, su cuantificación es muy compleja y siempre es estimativa. No obstante, existe. Manuel Primo, doctor en Economía por la Universidad Europea y estudioso de este fenómeno, estima que un 2,6% de los trabajadores ocupados no están dados de alta en la Seguridad Social y, por lo tanto, están fuera de la ley. 

Es un dato, añade, que una economía con fuerte implantación de pymes y micropymes como la burgalesa puede ser incluso hasta más alto y superar holgadamente los 4.000 trabajadores en 'b' sobre una población laboral total de 160.800 efectivos, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). A nivel nacional, el empleo sumergido afectaría a más de 1,3 millones de trabajadores... 

A estas cifras habría que añadir los trabajadores que simplemente no cotizan y a los desempleados que cobran una prestación del sistema mientras están trabajando en 'b' para otra empresa. 

«Cada vez es más frecuente observar a gente que realiza horas fuera de la jornada máxima laboral no reconocidas y en diferentes empresas», explica Primo. Este pluriempleo en 'b' ha incrementado la afiliación fantasma, sobre la que no existe ningún control, máxime cuando se suele localizar en centros de trabajo muy pequeños en plantilla y de difícil inspección.

«Fruto de esta actividad podemos concluir que las cifras del desempleo que manejamos no son reales porque hay un colectivo muy amplio de parados que están trabajando y también muchas empresas que no están cotizando por ello», explica el también director del Máster de Recursos Humanos de la Universidad Europea.

El dinero camuflado y oculto al sistema, puntualiza, es «muy elevado». Basta con pensar que un empresario cotiza un 30% por cada uno de sus trabajadores legales.

Abunda en las empresas de servicios, principalmente en la hostelería, donde crece el fenómeno del listero, una persona que intermedia entre hostelero y trabajador para cubrir las vacantes puntuales de la jornada en 'b'. «No hay alta alguna, se paga por horas en efectivo y ahí acaba todo...». 

También abunda en la construcción, aunque en este caso las medidas de seguridad laboral exigidas en la obra aumentan los riesgos económicos de jugar 'en negro'. 

Salario Mínimo. Primo recuerda que el mercado negro crece en la media en que los umbrales de subsistencia se aprietan. Recuerda que un salario mínimo de 1.080 euros por 14 pagas anuales ha obligado a ajustar al alza muchos salarios que estaban por debajo de ese límite y que, a buen seguro, se estaban complementando con pluriempleos fantasma. «Creo que el elevar el SMI ha sido una buena media para blanquear salarios y, en este sentido, ha sido positiva».

No obstante, el economista recuerda que 1.080 euros al mes «no dan para mucho» y que es posible que no mengüen el empleo en 'b'. 

Más inspección. Destapar la economía sumergida, máxime en el enorme universo de las pymes y micropymes, no es nada fácil. A este ámbito no llegan con regularidad los inspectores y existen unas vinculaciones personales y emocionales entre empresario y trabajador que en muchos casos derivan en una explotación pura y dura. 

Es vital la labor de la Inspección de Trabajo. El pasado año, el empleo aflorado en Burgos se incrementó en casi un 300% destapando la situación de 965 trabajadores.

No obstante, Manuel Primo cree que la solución más efectiva es la denuncia anónima del trabajador afectado, muchas veces reprimida por el temor al despido del empleo legal o la represalia. «Hay que fomentar las denuncias de situaciones irregularidades por parte de quienes las padecen. Todos somos beneficiarios de estas denuncias. Hay que insistir que el mutuo acuerdo entre empresario y trabajador para operar en 'b' nos perjudica a todos».