Los cuentos ya no empiezan con el érase una vez, pero es que érase una vez un inquieto ilustrador con el sueño de contar con su propia editorial. Un sueño caro. Lo sabía. Nunca pensó que pudiera hacerse realidad. Pero durante un viaje de trabajo a Bali se reencontró con una vieja compañera, de su etapa profesional en Londres, instalada en Bangkok desde hace unos años. Ella le habló de sus ganas de invertir dinero en un negocio. Él compartió con ella ese viejo deseo, olvidado pero latente. Ella expuso sus dudas sobre la rentabilidad del sector. Él desmontó sus suspicacias y ella aseguró que se lo pensaría. Al cabo de unos meses, él recibió una llamada. Ella había decidido hacerle caso. Él es Jorge Martín y ella, Tina Mansuwan. Ese érase una vez adorna la puesta en marcha de Ediciones Paco, un nuevo sello especializado en álbumes ilustrados con sede en el pueblo de Agés, pero con ánimo de proyección internacional.
Después de ese 'sí, quiero' aún quedaba mucha historia que hilar para que cristalizara. Querer es poder, pero no basta con eso. La tortuosa burocracia en España tornó en épico su arranque. Los trámites se alargaron más de lo habitual. «Fue toda una carrera de obstáculos. En la Administración, el modo por defecto es pensar que quien viene de fuera tiene malas intenciones». Ambos estaban resueltos a alcanzar la meta y, con mucho sudor, sortearon todas las vallas. El premio lo reciben este viernes con su presentación en sociedad en la librería Música y Deportes (20 h.). A esta fiesta no llegan con las manos vacías. Ya cuentan con dos títulos en el catálogo, que empezarán a distribuirse por establecimientos de toda España desde esta misma semana.
El hado de los Zapatos, una historia dibujada por la propia Mansuwan y escrita al alimón con Alexis Deacon, guía al pequeño lector a un lugar en el que conviven el País de las Hadas y el País de la Gente, en el que sucede algo que llevará a unos y otros por unos vericuetos inimaginables, y Cómo tomar buenas decisiones, de la londinense Tor Freeman, un disparatado tratado filosófico que se desarrolla en la Real Academia de las Buenas Decisiones con tres pintorescos profesores: Sr. Bacalao, Profesor Decisio y Dra. Picaojos.
Estos dos volúmenes ya reúnen las características que alientan este nuevo proyecto editorial. Su principio esencial es la apuesta por la calidad del libro en su conjunto, con un equilibrio perfecto entre la ilustración y la historia.
«Hay aquí una especie de reacción a esas editoriales que sacan libros muy chulos, con gráficos impactantes, que priman la estética sobre el contenido, al que abandonan completamente, y para nosotros la historia es fundamental», sostiene Martín, la pata autóctona, vitoriano de nacimiento y residente en Agés, el pueblo de su padre.
A este primer mandamiento, que podría resumirse como amarás la calidad literaria por encima de todas las cosas, se suman otros como dar prevalencia al sentido del humor en todas sus formas, huir de ñoñerías y cursilerías, mimar la traducción hasta la extenuación y rodearse de colaboradores que adoren su profesión. El fomento de la economía de proximidad con una impresión de calidad en España y una distribución escogida a nivel nacional se unen a sus inquietudes.
La aventura arranca ambiciosa, pero con sencillez, desde el título. Paco se ajustaba a su interés de un nombre corto y rotundo, muy pegado al terruño, adornos que chocan con ese espíritu cosmopolita, y, además, así se llamaba un perro de Mansuwan. Y como logo eligen a uno que corre alegre.
Canes viejos, ambos socios atesoran un largo historial en el mundo de la ilustración -Martín es autor de texto e ilustración de libros editados en un sinfín de lugares, de Francia a China- y se han acercado a este sector en distintos países y continentes. Conocen sus entresijos, saben por donde moverse y cuentan con colaboradores de confianza.
En principio, los encargos parten de ellos a gente conocida. No descartan la recepción de originales. Nunca se sabe cuándo puede saltar el nuevo Harry Potter. Pero en este érase una vez que empiezan a escribir confían más en su instinto y su trabajo que en el destino.