Los melones y sandías más esperados de MercaBurgos

G. Arce / Burgos
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La extrema sequía y las tormentas vividas esta primavera han alterado la temporada de las frutas estrella del verano. Ni los mayoristas más veteranos de Villafría recuerdan un año así

Los melones y sandías más esperados de MercaBurgos - Foto: Jesús Javier Matías

A mediados de la pasada semana empezaron a llegar a los andenes de MercaBurgos los esperados camiones con cargas de melones y sandías procedentes de Castilla-La Mancha y Andalucía. Es el ritual de todos los veranos, aunque este año se produce con más de un mes de retraso sobre lo previsto y con menos cantidad de lo que suele ser habitual. La sequía extrema de esta primavera, los pedriscos y las fuertes tormentas a destiempo de mayo y junio han mermado hasta el extremo la producción de las frutas más típicas del verano, han disparado sus precios y han condicionado el negocio de los mayoristas de frutas y verduras de la ciudad, que reconocen que viven su año más excepcional y extraño.

Las decenas de cajas de fruta manchega que se mueven puntualmente estos días en Villafría contrastan con el vacío de los mostradores de las fruterías a pie de calle o con los carteles de aviso colocados en los supermercados advirtiendo de los graves problemas de suministro que sufren. El clima y sus cambios están llegando a la cesta de la compra...

«Este año simplemente no hay producción y estamos en los días de más calor, los de mayor consumo de melones y sandías en Burgos. Pese a que el suministro tiende a normalizarse en los últimos días, llevamos más de un mes de retraso...», reconoce Javier Escaño, responsable de Hijos de José San Martín, una de las empresas de referencia de este centro logístico municipal que abastece a pequeñas fruterías, comedores escolares, residencias de ancianos, hospitales y restaurantes de la ciudad.

La fruta más codiciada por su sabor y textura se cultiva en La Mancha. Es la que tradicionalmente protagoniza los postres compartidos en los hogares y merenderos de la provincia durante estos días de agosto. Rodajas con el frescor de la nevera o el agua del río, limpias de la ristra de pipas y listas para desaparecer en unos pocos mordiscos. Estamos en la época álgida; si no hay calor, esta fruta apenas se consume en Burgos. 

Un año normal, que no es el caso, la campaña nacional de la sandía arranca con los primeros calores, en el mes de abril, y la del melón, entre mayo y junio. 

Aclarar que melón y sandía hay en Villafría durante todo el año, aunque el origen de estas frutas en invierno suele ser África (Senegal) o Sudamérica (Brasil) y su sabor y textura no son los mismos que el producto nacional. Los primeros melones y sandías del verano se cultivan en los campos de Murcia y Almería, también de Marruecos, procedencia que se caracteriza por el gran tamaño de sus frutos.

Este año, la mezcla de sequías e inundaciones ha provocado que las campañas de Murcia y Almería se hayan descompensado con la manchega, lo que ha producido un grave bache de suministro, que es lo que ha llevado al desabastecimiento de las últimas semanas.

La irrupción del clima extremo ha desbaratado los precios, muy sensibles a la abundancia o no de fruto. El melón se ha llegado a pagar en julio a entre 2,50 y 2 euros el kilo, más del doble de lo habitual. La sandía se pagaba a 0,50 céntimos otros años y este se han superado los 2 euros, lo que ha ahuyentado a muchos consumidores. Son cifras que fluctúan en la medida en la que hay disponibilidad de género en el mercado.

Juan Carlos, de Hermanos Miguel García, advertía que esta semana se ha empezado a normalizar el mercado, ha aumentado el suministro y, por consiguiente, están bajando los precios. «Hace diez días hablamos de 2 euros el kilo, pero hoy [por el pasado miércoles] ya estamos en 1 euro en sandía, algo menos en el melón, aunque ya no hay la escasez que hemos tenido hasta ahora», explica el frutero mientras empezaba a gestionar un envío con decenas de cajas cargadas de melones y sandías .

Sequía. El clima condiciona mucho la actividad en MercaBurgos, cada vez más. Si ahora el problema es el melón y la sandía, hasta hace poco ha sido el pimiento rojo y también ha habido dificultades con el tomate. En estos casos, la falta no se ha notado tanto en los mostradores como en los precios. Cuanto más difíciles sean las cosechas, se pagará más por frutas o verduras. La inflación por las nubes da fe de ello...

El suministro de melocotón, coinciden los mayoristas, también es «lento» y se está advirtiendo que viene un año «malo» de pera de conferencia, la de mayor consumo a lo largo del año. Habrá que ver... Por contra, se vende mucha manzana, nectarina y paraguayo.

En MercaBurgos hay una media de dos o tres descargas de mercancías a la semana en sus andenes y en los puestos de mayoristas hay abundancia de género. Se nota que es agosto y que muchos de sus clientes habituales han cerrado el negocio por vacaciones. 

En este gran espacio logístico de Villafría son todos empresarios con una larga experiencia a sus espaldas, familias de fruteros muy consolidadas. Ninguno recuerda una circunstancia como la que están viviendo este año; el más extraño, sin duda.