Miguel Calvo

El retrovisor

Miguel Calvo


El Senado

27/07/2023

Las elecciones generales del domingo, en las que hemos elegido a nuestros representantes en las dos cámaras que forman nuestras Cortes Generales, han vuelto a dejar en evidencia el papel secundario del Senado frente al Congreso de los Diputados. La conformación o no del próximo Gobierno solo se juega en el terreno de la Carrera de San Jerónimo, mientras que prácticamente ni se habla en los medios y círculos políticos de la nueva composición de la Cámara Alta, con mayoría del PP.

Ha pasado casi desapercibido que siete años después los populares de Burgos van a volver a contar con tres senadores (Javier Lacalle, Salvador de Foronda y Raquel González) frente al socialista Ander Gil (presidente de esta cámara desde julio de 2021), repitiendo el 3-1 que mantenían desde 1982. Aunque la Constitución otorga al Senado funciones legislativas y de control y fiscalización de la actuación del Gobierno, su auténtico sentido como cámara de representación territorial sigue muy lejos de cumplirse.

Además de la aplicación del famoso artículo 155 de la Constitución en las comunidades autónomas díscolas, el Senado también tiene otras competencias especiales como la de disolver órganos de las corporaciones locales en el supuesto de gestión gravemente dañosa para los intereses generales. Pero en el día a día, como cámara de segunda lectura, su labor se centra en deliberar, con sello de vuelta, sobre textos ya aprobados en el Congreso. Una cámara descafeinada y con mala fama, de cuya reforma se habla desde hace décadas sin que los grupos mayoritarios hagan nada para reforzar su papel territorial, que deja en poco relevante el mejor o peor trabajo que en ella han hecho y puedan hacer los muchos representantes burgaleses que han pasado por la plaza de la Marina.

De nuestra alcaldesa Cristina Ayala ya casi ni nos acordamos de que ha sido senadora en tres legislaturas. A Javier Lacalle se le menciona más como exalcalde y a César Rico como expresidente de la Diputación. De Octavio Granado, que fue senador designado por Castilla y León, nos acordamos porque fue secretario de Estado de Seguridad Social. Juan Carlos Aparicio será siempre el exministro de Trabajo y exalcalde de Burgos por encima de sus etapas en el Congreso y en el Senado. Se salva Juan José Laborda, senador socialista entre 1977 y 2008 y presidente de la cámara durante casi siete años. El Senado tiene que servir para más.