El megacomplejo eólico de Juarros, con dos parques de 49 aerogeneradores de más de 200 metros de altura repartidos entre Ibeas de Juarros y Villasur de Herreros, y una línea aérea de kilómetros y kilómetros de tendido aéreo por encima de 20 de localidades, con 250 apoyos metálicos hasta el Valle de Tobalina tendría un impacto irreparable sobre el paisaje de toda la comarca, visible también desde los monumentos de Burgos capital, obligaría a talar cientos de árboles y fragmentaría robledales, encinares, hayedos y pinares, se entrometería en el hábitat de una docena de especies aves y una decena de clases de murciélagos, atravesaría una zona a la que se quiere ampliar el Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil....

La lista de afecciones posibles o seguras para la flora, la fauna y el entorno de la provincia de Burgos ocupa varios folios y resulta tan abrumadora que no deja otra opción que no sea la declaración de impacto ambiental desfavorable que ayer publicó en el Boletín Oficial del Estado la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El proyecto original promovido por la sociedad limitada Green Capital Development, perteneciente al grupo Capital Energy, fue sometido a evaluación en noviembre de 2021.Un año después se modificó parcialmente con la eliminación de 3 molinos, la reubicación de otros 6 y el cambio del trazado de la línea de evacuación.

(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos)