«El Canal de Castilla es un recurso de grandes posibilidades»

I.L.H. / Burgos
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Pascual Izquierdo recrea en su nuevo libro las vicisitudes de un viaje de amigos por las zonas que atraviesa esta obra hidráulica y aprovecha para clamar por su recuperación integral

En las charlas con los paisanos, el escritor recoge oficios hoy en desuso y detalla la arquitectura que acompañan al agua. - Foto: Valdivielso

No hubo que lamentar chapuzones imprevistos ni hubo accidentes como los que lamentablemente han sucedido en alguno de sus puentes. El viaje que los Caballeros de la Orden del Pedal -como se hacen llamar los amigos de Pascual Izquierdo-, por los 207 kilómetros del Canal de Castilla y los pueblos de Burgos, Palencia y Valladolid que los sustentan fue una aventura placentera no exenta, por ello, de denuncia por el estado en el que se encuentra esta obra de ingeniería hidráulica.

Viaje por el Canal de Castilla (Hacia el pleamar de las espigas) reproduce las vivencias ocurridas en agosto y octubre del año 2000. Entonces, el escritor y poeta de Sotillo de la Ribera lo dio forma literaria y la ruta estuvo reposando mientras trabajaba en otras aventuras editoriales. Hasta que el año pasado publicó Viajes por tierras de Castilla y acometió también esta historia, junto a una tercera por la Ruta del Quijote que editará más adelante. 

Aunque han pasado 20 años de aquella hazaña a pedales, el autor mantiene el estilo y el momento vital de una época en la que se hablaba en pesetas. Y para comprobar lo que denunciaban entonces, Izquierdo ha vuelto a recorrer los enclaves de los que hablan, actualizando su estado de conservación.

Porque hay quince elementos arquitectónicos en la Lista Roja de Patrimonio. Y hay otros que aunque no formen parte de ese grupo corren grave peligro. «Ante la esclusa 17 de Frómista decíamos que salía el agua entre los sillares de uno de los vasos. Ahora sale por dos. Del acueducto de Valdeginate contábamos que había un hermoso tronco de árbol entre los sillares. O que las esclusas 11 y 12 de Olmos de Pisuerga estaban llenas de zarzas. Y ahí siguen, tan hermosas como siempre», afirma irónicamente.

En el libro editado por Difácil Izquierdo señala también las casas de escluseros, que «salvo cuatro o cinco», la inmensa mayoría están a punto de caerse.«O las fábricas de harina, un tesoro industrial de mediados del siglo XIX de la que solo una funciona». «Es un patrimonio industrial, arqueológico y cultural que se ha perdido», añade. 

«Se necesita una rehabilitación integral que implique recuperar su navegación para usos culturales, turísticos y recreativos. No está debidamente atendido y se está desaprovechando. Tenemos una joya de la arquitectura hidráulica del siglo XVIII, un recurso de grandes posibilidades al que no se le está haciendo caso», denuncia el autor.

Del valor de este BIC dan cuenta las hazañas del grupo de amigos al admirar la belleza escondida o charlar con los lugareños. «Buscamos el mar interior de Castilla, la esencia del paisaje, los latidos de una vida que va languideciendo y tiende a desaparecer». Viaje por el Canal de Castilla se presenta hoy en la sala Polisón (19:30 horas).