Uno de cada tres empleados ocupa un cargo inferior a su formación

EFE
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España se encuentra a la cabeza de la UE en tasa de sobrecualificación, que se sitúa en el 35,9% debido al desajuste entre el número de graduados, su titulación y la demanda de las empresas

La hostelería acoge a muchas personas con una educación superior que buscan, sobre todo en temporada alta, ganar un dinero extra. - Foto: M. Lorenzo (EFE)

Uno de cada tres trabajadores desempeña en España un empleo que requiere menos formación de la obtenida, o lo que es lo mismo, la tasa de sobrecualificación es del 35,9%, una cifra que se sitúa a la cabeza entre los países de la Unión Europea, cuya media es del 22,2%.

Este porcentaje, elaborado por Eurostat y actualizado con datos de 2022, mide la proporción de personas que desempeñan una actividad laboral en la que no resulta imprescindible para el puesto la titulación conseguida respecto a la población en edad de trabajar.

Desde 2013, primer año de la serie histórica de la Oficina Europea de Estadística, España es líder en el Viejo Continente en número de empleados con más cualificación de la que requiere su profesión.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA), a cierre de 2022, el 46,2% de los ocupados contaba con educación superior, siendo el mayor grupo por nivel de estudios, seguido de los que han completado hasta la primera etapa de secundaria (25,2%) y los que han terminado el segundo ciclo de la ESO (13,6%).

En este sentido, expertos de empresas de recursos humanos señalan una carencia de profesionales con titulaciones científicas, tecnológicas, ingenierías y matemáticas, ya que aumenta a mayor ritmo la demanda de trabajadores que la oferta de graduados.

Igualmente, fuentes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) advierten del desajuste entre la formación y las necesidades de la empresa de nuevos perfiles para hacer la doble transición ecológica y digital, así como del fallo en la orientación profesional de los jóvenes.

El investigador de Fedea Marcel Jansen apunta que «el número de universitarios ha crecido más que los empleos» que demandan esa titulación, de manera que muchos egresados «acaban en puestos por debajo de su formación».

Y añade que «hay un claro desajuste en las titulaciones y campos de los alumnos y la demanda de las empresas». «La oferta educativa está mal vinculada con lo que necesitan las compañías», resume Jansen, que puntualiza que, aunque el mercado laboral español pide lo mismo que el europeo, hay una divergencia en la oferta de trabajadores.

Esto conlleva, según el investigador de Fedea, que esas personas que ocupan un puesto que requiere menor cualificación tengan «poca satisfacción» y se desmotiven, lo que genera «mucha movilidad», algo que no gusta a las empresas, de manera que la sobrecualificación «no tiene un efecto positivo ni en salarios ni en la carrera laboral».

Por su parte, el director de Randstad Research, Valentín Bote, afirma que un trabajo puede tener unas condiciones salariales y laborales adecuadas, pero que no coinciden con las aspiraciones «por estar en esa situación de sobrecualificación». «Una persona que tiene un título universitario, pero se ha graduado en un ámbito de conocimiento para el que las salidas profesionales son muy limitadas, tiene que buscarse otras opciones y muchas veces se llega a esas situaciones de sobrecualificación», explica Bote, que indica que «es inevitable» que alguien que ha hecho el esfuerzo de estudiar una carrera «termine frustrado» con su empleo.

De acuerdo con Jansen, esta situación se explica porque el sistema educativo español «se adapta muy mal y muy lento a las necesidades de las empresas», aunque también tiene que ver con los alumnos, que eligen qué titulación estudiar sin tener en cuenta la inserción laboral. «Necesitamos mejorar mucho la orientación de los alumnos para que sepan lo que realmente les puede ir bien, y debemos incentivarlos a que elijan carreras con buenas perspectivas laborales», continúa el investigador, que dice sentirse «frustrado» por el «enorme desperdicio de talento», en relación a los estudiantes que cursan titulaciones con pocas salidas.

Más cursos de calidad

En la misma línea, el director de Randstad Research asegura que, si bien el número de graduados ha crecido en la última década, en ingenierías e informática ha disminuido y «son ámbitos de estudio en los que las oportunidades profesionales han aumentado fuertemente en los últimos tiempos».

Jansen insiste en que no se trata solo de generar universitarios, sino de que se cursen estudios que encajen con el «talento» de los alumnos y que tengan relación con el mercado laboral.