¡Quién diría que los briviescanos arrastran ya cinco jornadas de fiesta! A pesar de tantos días de celebración durante las mañanas, tardes y noches, los ánimos continúan con la tendencia al alza y el espíritu gamberro se deja ver a cualquier hora. Ilusión, la palabra que representa el sentimiento que desprende cada una de las personas que participa de una manera u otra en que Nuestra Señora y San Roque mantenga su esencia, y que se hizo tan notable en el desfile de peñas de ayer. Gritos, cánticos, bailables y muchas, muchas ganas de jolgorio. El acto prometía y los augurios se cumplieron durante las cerca de dos horas que las charangas y todo su acompañamiento tardaron en recorrer el trayecto que va desde la plaza de toros de la ciudad hasta el centro histórico pasando por La Taconera.
Los ritmos de grandes clásicos como Paquito El Chocolatero, Pincho de tortilla, o Burgalesa burgalesa, provocaron que los peñistas entraran en estado de éxtasis y demostraran sus dotes artísticas con pasos de baile imposibles. Pero lo moderno, lo que ahora lo 'peta' en todas las emisoras de radio, tampoco faltó. Los más previsores se habían guardado parte del vino que llevaron a la feria taurina en la bota para saciar la sed a lo largo del recorrido. Otros no tuvieron otro remedio que refrigerarse con 'cachi' en mano.
Los primeros, como manda la tradición, la peña Nuestra Señora y San Roque, la más veterana. Sus miembros fueron pioneros en sentar las bases de lo que son hoy en día, cuando en 1953 fundaron esta organización. Casi siete décadas después, siguen muy implicados en el plano cultural de Briviesca. Por detrás el resto de agrupaciones. Los Formidables, Los Fanfas, La Siempre Viva, Los Tímidos, Autrigones, Desesperaos y por último Los Aguafiestas, con su toque rebelde, se dedicaron a empaparse de agua -y a los que quedaban cerca- con pistolas.
Encabezando cada uno de los grupos, las pancartas, bien altas y lucidas para marcar el inicio y final de cada uno de ellos. Las blusas y atuendos característicos que portan los peñistas tampoco faltaron y la marea humana fue trasladándose hasta la plaza Mayor. Las reinas, vestidas de mantilla, aguantaron como auténticas campeonas con la peineta en su sitio y tacones infinitos aunque sin perder la vista demasiado tiempo al suelo para así evitar sustos.
Tiempo para que los de siempre revivieran una vez más una de las escenas más divertidas de los festejos pero también para que los más pequeños, ataviados con sus blusas talla XXS, sintieran en su piel la experiencia por primera vez. La cantidad de carritos de bebé que participaron anunciaron que el relevo está asegurado. Si algo volvió a quedar claro es que el ambiente FESTIVO con mayúsculas corre a cargo de las ocho peñas de la ciudad, que de nuevo lo dieron todo con una alegría y una animación contagiosa para los que presenciaban el desfile desde las terrazas de los bares, que vibraban al son de las melodías. Una vez llegados a su destino las ganas por continuar pasándolo en grande no se desvanecieron. Allí les esperaba la batucada Gurús. Las caderas de cientos de personas no dejaban de moverse a la vez que los músicos golpeaban los instrumentos de percusión con garra. Tras una exhibición con sabor a samba, el esperado toro de fuego salió a seguir revolucionando el ambiente para dar paso a la tercera verbena de las fiestas.
La jornada de hoy estará protagonizada por el canto al Himno, la feria taurina y el concierto de Farrustel&LaFarrulata.