La sensación de inseguridad percibida en los últimos meses por los comerciantes y hosteleros burgaleses, especialmente de la capital, se ve reflejada en las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior. Los robos y hurtos crecen en unos datos de criminalidad donde los delitos informáticos también siguen su particular escalada, confirmando, así, que los malos cada vez están más presentes en la red. En general, el número de denuncias en las comisarías y cuarteles de la provincia cayeron ligeramente en el primer trimestre con respecto al año anterior.
Ente enero y marzo de 2023 se contabilizaron un total de 3.261 delitos enBurgos, 34 menos que el pasado ejercicio en el mismo periodo. La bajada es notable si nos ceñimos a las infracciones penales más graves. No hay que olvidar que el año pasado se produjo en el primer trimestre el crimen del joven dominicano Francis Frías. En estos primeros meses no ha habido que lamentar, por suerte, ni una sola muerte violenta. Tampoco intentos de homicidio.
Con el fin de las restricciones por la covid-19, una de las cuestiones que más preocupaba a las fuerzas y cuerpos de seguridad fue el incremento de agresiones y peleas, sobre todo en zonas de ocio. En los primeros meses del presente año, la situación se ha calmado bastante y ya estamos en cifras prepandémicas, pasando de 40 a 24 riñas tumultuarias. Los delitos sexuales también descendieron a cerca de la mitad, ya que se denunciaron hasta marzo 10 casos por los 19 del primer trimestre de 2022.
Mientras en ese aspecto penal grave las cosas han estado calmadas en los primeros meses del año, en los delitos contra el patrimonio se ha producido el efecto contrario. Han subido los robos con fuerza en las cosas, especialmente de vehículos de la capital. Hasta marzo se sustrajeron un total de 23 coches, casi todos en Burgos. Y es que la ciudad más poblada de la provincia es la que se ha llevado la peor parte del repunte de este tipo de infracciones.
Crecieron los robos con fuerza en domicilios y otras instalaciones, pasando de 142 a 147, siendo más de la mitad de ellos en la capital burgalesa. Hubo, además, un ligero repunte del 3,3% en los hurtos o sustracciones al descuido, pasando de 638 a 659.
Pero si hay una modalidad delictiva que no ha parado de crecer en los últimos años es la cibercriminalidad. Un año más, la estadística muestra un notable repunte al subir de 764 denuncias a 882 entre enero y marzo de 2023. Eso supone un incremento del 15,4%. Casi todos los delitos son estafas informáticas.
En cuanto a municipios, las infracciones penales subieron en la capital un 2,1% en comparación con el ejercicio anterior, pero bajaron en Aranda de Duero (de 375 a 374) y algo más en Miranda de Ebro (de 33 a 287).