El respaldo de un gigante

Ó.C. / Miranda
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El investigador mirandés Diego Clemente logra otro apoyo de la multinacional farmacéutica Merck. El estudio se desarrolla en el Hospital Nacional de Parapléjicos y se centra en un fármaco con una prometedora molécula

Diego Clemente, en la visita a su laboratorio del Consejero de Sanidad de Castilla La Mancha, Jesús Fernández, y del CEO de Merck, Manuel Zafra (centro). - Foto: DB

El mirandés Diego Clemente dirige el Laboratorio de Neuroinmuno-Reparación del Hospital Nacional de Parapléjicos. Junto a su equipo, el investigador pelea por hacer un poco más fácil la vida de los enfermos de esclerosis múltiple. Para lograrlo, acaba de sumar el respaldo de Merck, una multinacional farmacéutica, que es «de las más importantes del mundo y una de las más interesadas en el campo de esta enfermedad», afirma. Su relación tampoco es nueva, porque con esta firma su historia entra en un segundo capítulo, lo que Clemente reconoce que es «un espaldarazo».

Como en todo relato, es casi tan importante lo que pase como lo que ya ha ocurrido. El mirandés remarca que con lo ya realizado han comprobado que «los resultados son interesantes y del suficiente calado como para continuar». La protagonista del proyecto con el que trabaja es una molécula experimental, evobrutinib, aunque Clemente incide en que lo importante no es su nombre sino su mecanismo de acción que inhibe una proteína llamada BTK, que está presente en varios tipos de células, «que son importantes, porque dependiendo de su estado pueden tener una acción positiva o negativa sobre la enfermedad», aclara.

Clemente puntualiza que gracias a esta nueva estrategia terapéutica se pretende «modificar la actividad de algunos tipos de células inmunitarias sin necesidad de eliminarlas», como sucede en otros tratamientos. Por este motivo, el investigador sostiene que «esta alternativa es muy interesante, porque lo que haría es que sin destruir a las células las cambia de actividad, de dañinas a positivas». Más allá de que el proyecto tenga un gran potencial, el investigador puntualiza que el reto que tienen entre manos pasa por «entender cómo funciona el fármaco».

Clemente explica que en la esclerosis múltiple se considera que «hay algo en nuestro organismo que por alguna razón nuestro sistema inmunitario lo considera como ajeno y lo ataca». Esa respuesta puede causar daños en el cerebro o en la médula espinal y el experto remarca que aunque en los últimos 25 años la investigación en este campo ha conseguido muchos éxitos, «todavía existen muchas preguntas y necesidades terapéuticas pendientes para los pacientes».

Por este motivo, remarca que «la gran pregunta de la esclerosis múltiple es qué la causa y una vez lo sepamos será un poco más fácil buscar tratamientos o incluso podríamos hablar de medicina preventiva», por lo que reincide en que «todavía quedan muchas cosas por saber y hay que seguir».

Además, la carrera choca con nuevas realidades, porque se tiene la sensación de que el número de enfermos crece. En este sentido, el mirandés recalca que hay dos justificaciones: «Que se detecte mejor la enfermedad o lo más probable es que aumenta la incidencia, porque parece que cada vez hay mas casos sin saber la causa». Sin tener la certeza de que realmente pueda ser así, Clemente enumera factores, todos relacionados con el estilo de vida, que puedan incidir directamente en el aumento de los casos, ya sea por la obesidad infantil, el tabaquismo o por el hecho de disfrutar de menos horas de sol.