El consejero de Sanidad de la Junta, Antonio Sáez, anunció ayer que se va a poner en contacto de inmediato con los responsables de la Orden de San Juan de Dios, que dirigen el hospital del mismo nombre cuyo cierre está previsto para el próximo 31 de diciembre. El responsable político explicó a los periodistas que iba a telefonear ayer mismo a los religiosos para concertar un encuentro que reabra la mesa de negociación que fue abandonada por ellos hace unos días e intentar «mantener la colaboración». Y añadió que lo hacía a petición del comité de empresa, con cuyos representantes se reunió ayer acompañado por el delegado de la Junta en Burgos, Baudilio Fernández-Mardomingo.
Los trabajadores manifestaron su satisfacción por la reacción de la Consejería tras las airadas declaraciones del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera la semana pasada, que sintió -y así se lo hizo saber- que las críticas hacia la falta de acuerdo para la permanencia del hospital se habían personalizado en él.
«Le pedimos al consejero que hiciera lo posible para reanudar las conversaciones pensando en el bien de todos los pacientes a los que se presta servicio, el de sus familias y el de los 140 trabajadores que ahora mismo ven sus puestos en el aire», explicó uno de los portavoces. La presidenta del comité, Pilar López, añadió que lo que intentaron fue transmitir tanto al consejero como al delegado de la Junta «que es importantísimo que el hospital siga adelante, porque es vital para la ciudad y para todos los que están vinculados a él y creemos que eso lo ha entendido y que la orden también hará todo lo posible para favorecer el entendimiento».
Y mientras estos encuentros se producen y los acuerdos llegan o no, la Consejería de Sanidad sigue trabajando para organizar la asistencia si la decisión de cierre se mantiene el próximo 1 de enero. Para ello el consejero ya mantuvo un primer encuentro el pasado viernes con el servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Burgos y avanzó que se están barajando varias posibilidades «que no incluyen especialmente al Hospital Divino Valles porque no sería el lugar más adecuado para la atención», precisó Sáez, ante los comentarios que se han producido en este sentido, recordando cuál fue el último uso que se le dio al viejo Provincial. Una de estas posibilidades podrían ser las residencias de ancianos. De hecho, el Gobierno regional había prometido que en 2014 Burgos contaría con una unidad de convalecencia para pacientes de media y larga estancia en uno de sus geriátricos «aunque no se había hecho precisamente para no obstaculizar la derivación a San Juan de Dios». En cualquier caso, esto resolvería solo una parte de la atención ya que quedarían los pacientes de cuidados paliativos.