Saldaña incorpora la guardería de Benedictinas como propia

A.G.
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La elevada edad de las monjas y la necesidad del colegio de contar con una unidad de Infantil más hizo que se llegara a un acuerdo con el Arzobispado previa autorización de la Junta

Una de las aulas de la guardería de Saldaña, en el barrio San Pedro de la Fuente. - Foto: Luis López Araico

Este es el segundo curso que la guardería de las Benedictinas, un histórico centro educativo ubicado en el barrio de San Pedro de la Fuente, ya no es titularidad de las religiosas que lo regentaron durante años. Debido a la elevada edad de las monjas, a su relación de muchos años con el colegio Saldaña (en el que se han escolarizado desde siempre muchos de los niños de su guardería) y a que este colegio se vio en la necesidad de contar con una unidad de Infantil concertada más, hace un par de años que se iniciaron conversaciones con el Arzobispado que culminaron en un acuerdo por el cual este se hizo con la titularidad del centro que ha pasado, ya en este curso, a Saldaña.

"Tuvimos varias reuniones en Valladolid y con la autorización de la Consejería de Educación de la Junta decidimos que la fórmula fuera un centro con dos sedes, algo que se hizo efectivo el pasado 1 de septiembre. A nosotros nos faltaba una unidad de Educación Infantil y en Benedictinas tenían dos, así que una se trasladó a Saldaña y la otra se extinguió, siempre con el acuerdo de ambas entidades y con el visto bueno de los sindicatos", explicó el director de Saldaña, Bruno Castillo, que indicó que la profesora de la unidad que se extinguió ha sido recolocada en el colegio -también diocesano- San Pedro y San Felices.

La responsable de la guardería, Irene Merino, señaló, por su parte, que el único empleo que se ha perdido ha sido una media jornada pero que no está vinculado con la unión con Saldaña sino con la baja natalidad que está haciendo que se reduzca bastante el número de alumnos. En la actualidad hay una plantilla de 5 personas para veinte niños entre 0 y 3 años que están en tres clases.

"Más prestigio". "Este cambio ha sido muy importante para nosotros. El pertenecer a un centro grande nos da más prestigio y solventó el problema que teníamos sobre la continuidad ya que a los seis años los niños tenían que irse; éramos un centro pequeño y muy familiar pero nos fallaba eso. Por eso teníamos una vinculación con Saldaña por la que muchos de nuestros niños continuaban allí su educación y esta relación informal ahora se ha hecho efectiva incorporándonos como un centro más del colegio", añadió.

La estructura de la guardería sigue siendo la misma de siempre, con amplios espacios, tanto interiores como exteriores, servicio de comedor y un horario que facilita la conciliación entre la vida familiar y laboral. Además, se ha puesto al día y se ha abierto a las redes sociales y organiza talleres gratuitos de diferentes temáticas que ponen a disposición también de niños y niñas que no  tienen por qué estar  allí matriculados.

Las Benedictinas han desarrollado su labor educativa en Burgos a lo largo de más de 150 años, primero con una escuela-hogar para niños de la provincia y más tarde,  como centro de atención a los menores facilitando la conciliación de las familias.