"Tenía la ilusión de volver a Aranda desde hace tiempo"

RODRIGO C. LEÓN / Aranda
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El jugador arandino regresa al Tubos Aranda tras cinco años vistiendo los colores del UBU San Pablo

Juan Tamayo regresa al Tubos Aranda, el club en el que inició su andadura en el balonmano. - Foto: Luis López Araico

No siempre es necesaria una Navidad para que se tercie el tópico de 'volver a casa'. Buen ejemplo de ello es Juan Tamayo. El jugador arandino regresa al Villa de Aranda tras concluir un lustro como cidiano en el Balonmano Burgos UBU San Pablo. Atraído por los estudios y la búsqueda de minutos, Tamayo llegó a la capital burgalesa con el objetivo de crecer como deportista y ser una de las grandes figuras del balonmano provincial. Cinco años después, con un ascenso a Plata y varios play off a Asobal, vuelve a la que nunca ha dejado de ser su casa.

¿Qué sensación le deja su salida de Burgos?

Es una sensación difícil. He estado cinco años y me he sentido muy cómodo. Tenía la ilusión de volver a Aranda desde hace tiempo. Había tenido la opción de ir otros años, pero había circunstancias que no me lo permitían. Quizás mi contexto actual con los estudios es el que me ha permitido poder dar ese paso adelante.

No pudo despedirse desde la pista por culpa de la lesión.

Sí. Me hubiera gustado, pero al final se dio esta circunstancia. La recuperación va muy bien y estaré seguro para el inicio de liga.

Un lustro como cidiano da para mucho. ¿Cómo ha crecido Juan Tamayo en estos cinco años?

Llegué siendo un chaval. Todavía me faltaba por formarme físicamente. He sentido mucha progresión en ese aspecto. He notado mucho mi mejoría a nivel mental. Ya no tengo esos momentos en los que me ponía nervioso. Ahora son circunstancias del día a día y lo noto sobre la pista.

Salió de Aranda en búsqueda de minutos y los encontró.

Los dos primeros años como senior son clave. Siempre quieres jugar y yo tuve la suerte de tener mucha continuidad en Primera Nacional y luego en el primer año en Plata fue de las temporadas que más he jugado. Quizás estas dos últimas temporadas jugué algo menos, pero he tenido la suerte de acumular rodaje independientemente de la categoría.

¿Qué recuerdo se lleva de estos cinco años como cidiano?

Momentos como el ascenso a Plata fue increíble, pero nos hubiese gustado conseguirlo sobre la pista. Las circunstancias lo impidieron, pero aún así éramos los claros candidatos a conseguirlo. He vivido momentos muy bonitos. Visitar esos ambientes hostiles de los pabellones de equipos tan míticos de la categoría es una ilusión. Cuando empiezas no te lo imaginas y lo ves como un sueño. Ves pabellones llenos, incluso volver a Aranda fue espectacular, aunque quizás un poco duro hacerlo como visitante.

¿Algunos partidos que se te vengan a la mente?

El pabellón lleno de Alicante el año pasado, Antequera aquí hace dos… Ha habido partidos muy importantes.

Llegó como novel y se va como uno de los más longevos de la historia del club.

Al final todos los años hay ocho/diez salidas. Personalmente creo que si he tenido la gran suerte de permanecer cinco años aquí es porque mi rendimiento no ha sido malo. Es un orgullo haber jugado tantas temporadas aquí y siempre le estaré muy agradecido a Miguel, que es quien me dio la oportunidad.

Ahora sigue la estela de un gran amigo y compañero como Alberto Pinillos.

Quizás ha sido la persona con la que más tiempo he convivido aquí. Con Pinillos he tenido una relación de amistad que va más allá del balonmano. Estoy encantado de volver a jugar con él.

Se abre una nueva etapa en Aranda. ¿Cómo se gestó el fichaje?

Es cierto que tenía una oferta de renovación, pero tenía el deseo de volver al Villa de Aranda. Me comuniqué con el club y ellos han hecho todo lo posible para que se pudiera dar. Estoy muy agradecido a Berdón (presidente) y Minguito, sin ellos no podría haber fichado por el club.

No era el primer acercamiento entre ambas partes para unir vuestros caminos.

Sí. Hubo dos ofertas reales en años anteriores. Al final no se dieron por distintas circunstancias personales y estaba cómodo en Burgos. Aunque eso no quita la ilusión que tenía por jugar aquí. Es algo que he hecho desde muy pequeño con mi padre y mis amigos… Íbamos a ver el balonmano todos los fines de semana y al final es lo que quieres desde pequeño: jugar con los mayores.

Se respira un aroma a sueño cuando habla del Villa de Aranda. ¿Qué significa el club para usted?

Es algo que vives desde pequeño. Aquí se respira balonmano. Todo el mundo lo apoya, lo disfruta… Y yo he tenido la suerte de hacerlo desde niño con mis amigos. Todo niño de las categorías inferiores persigue el sueño de jugar en el primer equipo. Estas cosas son más que un sentimiento.

Reencuentro con el Villa de Aranda… Y con el Santiago Manguán.

Ambientes tan buenos y hostiles solo se viven en Aranda y Novás. Pero la mejor afición es sin duda la de Aranda. Es un orgullo jugar allí como local.

¿Cómo ve el bloque que se está conformando y el objetivo Asobal?

Aún es pronto para saber dónde estaremos. Lucharemos por ascender a Asobal, eso seguro. Aranda siempre hace equipos buenos y estaremos arriba peleando por grandes cosas. Siempre es bueno tener objetivos ambiciosos.