La obra del hundimiento en Reyes Católicos encara el final

C.M. / Burgos
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La inyección de cemento a 14 metros para que el terreno quede rígido y no haya ningún hundimiento ha concluido y la solución recibe el visto bueno de geólogos de la Complutense

Los hundimientos se han rellenado con cemento y ahora se ha cubierto la zona y se procederá a la urbanización. - Foto: Alberto Rodrigo

Las obras de reparación del hundimiento aparecido a ambos lados del final de la avenida de Reyes Católicos ha superado ya su momento más crítico y ya se ha comenzado a trabajar en la renovación de las aceras y las calzadas tras comprobarse que la solución adoptada para frenar el hundimiento ha sido la correcta. «La parte compleja está acabada y ahora se convierte en una obra de urbanización normal y corriente», indicó Darío Otal, gerente de RFS.

Expertos geólogos de la Universidad Complutense de Madrid han avalado que el proceso de inyección de cemento a mucha profundidad para que el terreno quede rígido es una solución correcta. «Uno de los problemas que nos hemos encontrado es que la capa de yesos y arcillas que se disolvía en unos sitios estaba a 15 metros de profundidad y en otros a 8. Esas irregularidades nos han traído de cabeza», añadió. 

Se han realizado unas 400 fracturas en el terreno en las que se ha inyectado cemento a alta presión a entre 12 y 14 metros de profundidad para que el terreno quede rígido una vez que fragua. La maquinaria que se ha empleado inyectaba agua a presión y al humedecer el terreno hacía que se hundiese más, lo que ha llamado la atención de los seguidores de la obra. Ello ha permitido que la inyección del cemento se hiciera exactamente donde tenía que hacerse. «El proyecto planteaba la solución, pero se ha intentado ir más allá. Hemos esperado a los resultados de los informes encargados a los expertos para ir siguiendo sus recomendaciones en todo momento. Por ejemplo, el número de inyecciones que se debían hacer o la cantidad de cemento que se debía echar», explicó.

Este cuidado que se ha puesto para que el arreglo del subsuelo quedara perfecto ha ralentizado los trabajos sobre las previsiones iniciales. Ahora las aceras y calzadas que estaban hundidas se demolerán y se harán nuevas y la zona quedará tal y como estaba pero sin el hundimiento. Solo cambiará el aparcamiento en el lado de los números pares, que será en línea en lugar de batería al discurrir el nuevo carril bici que está en construcción. 

La compleja actuación se está llevando a cabo sin cortar el tráfico rodado, dado que al menos se ha dejado circular por uno o dos carriles. Solo cuando se concluya la urbanización y se lleve a cabo el asfaltado final será necesario realizar algún corte. Las obras se adjudicaron a la unión temporal de empresa RFS y SITE por 1,52 millones de euros. El plazo del concurso se establecía en ocho meses, pero la UTE lo rebajó a seis. Arrancaron en febrero, pero se espera que ahora se acelere el ritmo y se pueda cumplir con los plazos. El tramo estuvo cortado con anterioridad dos años como medida de seguridad.