Soluciones extremas contra el vandalismo en Alonso Martínez

I.E. / Burgos
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La constructora del número 5 de Alonso Martínez clava en las baldosas de granito rojo (difíciles de comprar) las vallas de seguridad porque los gamberros las derriban cada dos por tres

La empresa prevé sustituir todas las placas que resulten dañadas. - Foto: Valdivielso

Muchos de los asiduos de la plaza Alonso Martínez se quedaron ayer petrificados -nunca mejor dicho- al observar que el pavimento del entorno había sido agujereado con el fin de colocar la valla de protección para la ejecución de las obras de construcción del edificio que ocupará el número 5. Y unos cuantos se preguntaron también por qué la empresa no ha mantenido los bloques de hormigón que sujetaban las verjas y que presentaban la ventaja de que no causaban ningún daño en las placas de granito que cubren el suelo en el céntrico enclave burgalés. Tiene una explicación. La constructora que realiza la promoción de viviendas ha tenido que tomar una decisión expeditiva contra el vandalismo, ya que «todos los fines de semana las vallas aparecían tiradas en el suelo». 

La medida de clavar los postes de las mallas metálicas sobre las baldosas obedece, según señalaron fuentes de la empresa, a una intención de «garantizar la seguridad de los viandantes». Primero, porque el derribo de las vallas a altas horas de la noche bien pudiera causar algún tipo de lesión a un transeúnte.  Y, segundo, porque a medida que la obra avance la necesidad de disponer de un perímetro de protección permanente «será fundamental» para evitar que nadie pueda colarse. Además, la constructora advierte de que la Inspección de Trabajo suele estar vigilante y cuando detecta algún tipo de deficiencia en estas medidas de seguridad suele ser muy dura con las sanciones económicas.

Las mismas fuentes reconocen que el tipo de granito (rojo porriño) que hay en la plaza de Capitanía no es fácil de encontrar. El compromiso que ha adquirido la empresa pasa por sustituir todas las baldosas dañadas por otras nuevas cuando las obras hayan concluido y aseguran que removerán cielo y tierra para hallarlas. 

Fueron técnicos del Ayuntamiento, ya a toro pasado, quienes advirtieron de que ese material es escaso y difícil de adquirir. Al mismo tiempo les indicaron que podrían haber levantado las baldosas y haber clavado los postes sobre el granito de debajo, pero ya era demasiado tarde.