El colectivo por la inserción logra en Aranda 330 contratos

I.M.L. / Aranda
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Cuatro asociaciones ofrecen a socios de FAE Asemar sus recursos para encontrar personal cualificado

La jornada comenzó con una dinámica de grupo entre los asistentes para testar si sabían lo que ofrecían las asociaciones. - Foto: I.M.L.

Gracias a los colectivos sociales que trabajan en Aranda y su comarca por la inserción de personas en riesgo de exclusión y con discapacitados, a lo largo de un año se logra una media de 330 contratos. Estas cifras son las que se pusieron en valor en la jornada de encuentro entre empresas locales y organizaciones de la sociedad civil como Cruz Roja Aranda, Cáritas, Asadema y Salud Mental Aranda, puesta en marcha por FAE Asemar, a la que asistieron cerca de una treintena de participantes. 

La presidenta de la patronal arandina, Cristina Martín, destacó la necesidad de que «ellos nos hagan conocedores de la realidad social de nuestro entorno y que entendamos y seamos conscientes de la diversidad de colectivos y personas con las que convivimos y a quienes las empresas también tenemos que dar respuesta», consciente de que este mutuo conocimiento facilitará «que las empresas cada vez estén más sensibilizadas y sean cada vez más capaces de integrar toda esta diversidad».

Las asociaciones participantes tienen todas alguna línea de formación, itinerarios personalizados de inserción laboral o centros especiales de empleo. Salud Mental Aranda y Asadema se centran más en el ámbito de las personas con algún tipo de discapacidad. «Les damos formación para la búsqueda de empleo y apoyo y asesoramiento a las empresas para esas contrataciones», especifica Eva Fernández, de Salud Mental Aranda, que alcanza una media anual de unas 120 contrataciones, además de las cinco personas que trabajan en su centro especial de empleo, donde ofrecen limpieza de comunidades u oficinas y reparto de correspondencia. 

En el caso de Asadema, su labor se concentra en el centro especial de empleo, con 20 empleados, y en el que elaboran «estuches para productos agroalimentarios, junto al taller textil, de serigrafía para ropa laboral y manipulados auxiliares de la industria donde hacemos etiquetaje, cajas de cartón...», especifica Vanesa Benito de Asadema, que apostilla que «nos gustaría expandirnos más en este ámbito logrando más clientes».

En el ámbito de las personas con riesgo de exclusión social se centran más Cruz Roja y Cáritas Aranda. Ambas cuentan con itinerarios personalizados de empleabilidad, a los que suman acciones particulares de cada una de ellas. En el caso de Cruz Roja, ofrecen preselección de candidatos a las distintas ofertas de trabajo y también formación a la carta. «Nuestro objetivo es que las personas encuentren trabajo y que nuestro tejido empresarial encuentre trabajadores. Ellos se tienen que implicarse en este tipo de formaciones porque no tenemos las instalaciones y el profesorado, pero podemos sacar estos cursos adelante con colaboraciones», remarca Vanesa González, poniendo de relieve que el 60% de las personas con las que tratan logran un empleo.

A todo eso, Cáritas suma otro valor añadido. «Hacemos la intermediación con las empresas, con el valor añadido de que conocemos a las personas y que no acaba el proceso cuando se les insertamos, porque lo importante no es conseguir un empleo sino poder mantenerlo», destaca Roberto Casado, apuntando que en 2022 consiguieron que 120 personas encontrasen un empleo de la bolsa de empleo que manejan, en la que hay en torno a 400 personas, a las que se suman los empleados en su empresa de inserción, que ofrece servicios de catering y gestión de residuos textiles y ropa de segunda mano.