La plantilla de Vesuvius confía en prorrogar el plazo de negociación del ERE. La fecha tope para alcanzar un acuerdo finaliza el lunes y las posturas están totalmente alejadas porque la empresa se niega a sentarse a hablar de cualquier alternativa al cierre. Por este motivo los afectados han pedido oficialmente que la entrada en vigor del expediente se suspenda entre cuatro y seis meses, en virtud de las recomendaciones de los escritos de las autoridades laborales.

Vesuvius de momento ha rechazado esta opción, aunque se espera que la mediación del Gobierno central pueda convencer a la compañía. Además los trabajadores han trasladado a la multinacional una propuesta reorganizativa para que las plantas de Langreo y Miranda no solo no tengan que cerrar, sino que puedan potenciar su actividad y convertirse en referentes a nivel mundial. La misma será estudiada por la dirección, que ha pedido tiempo antes de dar una respuesta definitiva, aplazando la reunión que estaba prevista para hoy. "Si la empresa necesita tiempo no tiene sentido que se niegue a suspender el periodo de consultas del ERE, que está utilizando como arma arrojadiza contra los trabajadores", aseguran desde el sindicato Comisiones Obreras.

Asimismo se insta a Vesuvius a sentarse a negociar en la mesa de trabajo convocada por el Ministerio para analizar la situación ya que la firma británica no se presentó a la primer reunión. En su nombre mandó a dos asesores externos sin capacidad de decisión, una actitud que ha generado malestar en la administración pública porque evidencia falta de interés en encontrar una solución viable que evite el cierre de las dos factorías.

La plantilla ha pedido también a la multinacional la traducción de la documentación que le ha sido entregada en los últimos días ya que está en seis idiomas diferentes, lo que dificulta aún más la comunicación entre las partes.

Los trabajadores de la planta de Miranda convocaron ayer dos jornadas de huelga como medida de presión mientras que en Asturias siguen las movilizaciones, algunas secundadas por millares de personas que piden a Vesuvius que reconsidere su decisión de llevarse la producción a otros países.