En veintisiete años es la segunda vez que Burgos asume la presidencia de la Asociación Artesa, la entidad que aglutina a cuarenta compañías profesionales de artes escénicas de Castilla yLeón(nueve de la provincia). En su día lo fue Javier Rey (La Sonrisa) y ahora en 2023 dos burgaleses vuelven a ponerse al frente: Alberto Estébanez (Ballet Contemporáneo) como presidente y Francisco Negro (Morfeo Teatro) en la vicepresidencia lideran un proyecto que aspira a ser un verdadero interlocutor de la industria cultural. En la junta directiva están también representantes de las compañías Cándido Producciones y Mejor con Arte (Zamora), La Bulé (Salamanca) y La Quimera de Plástico, Rita Clara, Es Arte y El Emboscadero (Valladolid).

He aquí la prueba de que no siempre se concentra todo en Valladolid. Ha costado, pero de nuevo Burgos está al frente de Artesa. Supongo que no es fácil dar el paso al frente...  
En la anterior elección formé parte de la junta directiva y creo que conseguimos  cosas importantes: hubo un mayor contacto con la administración, se han profesionalizado los Circuitos Escénicos, se ha construido Bibliodanza, hemos conseguido financiación para cursos de formación específica, la presencia que ahora tenemos en la Feria de Ciudad Rodrigo y la que tendremos también en Mercartes... Y tuvimos que hacerlo con una pandemia y una crisis de por medio, lo que también propició una mirada sensible de la Junta. Eso creo que ha ayudado a que se sumen muchas más compañías hasta llegar a las 40 actuales y ha facilitado que mi propuesta sea la elegida. 

Su candidatura se llama Diálogos. ¿Cuáles son sus proyectos?
Para empezar hay muchas miradas porque es el proyecto de una junta directiva integrada por nueve personas. Queremos fortalecer los Circuitos Escénicos y aprovechar los fondos Next Generation con proyectos que miren a Europa, porque hay programas que se dan en la UE para llevar la cultura al ámbito rural. Este tipo de cosas fortalecen el tejido económico de las pequeñas poblaciones y la cultura y las artes escénicas deben intervenir en esos logros.
Por otro lado, queremos consolidar el diálogo con Educación. Es fundamental. En estas empresas hay muchos egresados de los centros de formación (tanto de teatro como de danza). Esa mirada de la administración hacia nosotros debe verse fortalecida. Podemos ser las empresas las que retengamos el talento joven y evitar la fuga. Si juntamos esfuerzos y hay una buena sintonía entre administración y compañías podemos lograrlo. En mi caso con la Joven Compañía de Danza de Castilla y León vamos a superar las cuarenta actuaciones al año. Ese es un volumen de dinero para que los jóvenes se puedan seguir formando con cursos y pensar en quedarse en la Comunidad. Traslada esto a 40 empresas. Si podemos crear un convenio a tres bandas entre las compañías, Cultura y Educación podemos solucionar que nuestros jóvenes artistas no tengan que buscar trabajo fuera.

Ha hablado de su proyecto de Joven Compañía de Danza. ¿Necesita Castilla y León una entidad pública de ese estilo, como la hay con la Orquesta Sinfónica o la hubo en su día con el Ballet de Ángel Corella?
El Ballet de Ángel Corella es la prueba de que se ha intentado, y también de que es muy complicado. Porque además rozas intereses. Creo que mis compañeros no querrían porque Castilla y León tiene muchas compañías y lo que interesa es contar con ayuda suficiente para que podamos albergar a trabajadores, mejorar los circuitos y escenarios para exhibición, contar con buenas campañas para atraer público... Eso es lo que hay que mejorar.

Nunca he entendido por qué si estudias Metal o Carpintería tienes un convenio para empezar a trabajar con empresas del sector, pero si haces artes escénicas es imposible»

¿Y qué hay de la OSCyL?, ¿por qué en música sí que funciona y no lo haría en teatro o en danza?
Digamos que no hay cuarenta orquestas sinfónicas a su alrededor; en Artesa hay 40 compañías.

Pero hay muchas provincias con la suya, como aquí la OSBu...
Sí, pero no tenemos la misma competencia. La pregunta que hay que hacerse es que si se crea una de teatro clásico, por ejemplo, ¿a cuántas compañías perjudicamos?

Podría ser con jóvenes, para retener ese talento del que habla.
Vale, perfecto. Ahí sí, como la rama joven de la OSCyL. Eso me parece muy bien. Hasta los 23-24 años y respetando el mercado. Ayudas a hacer ese puente entre el aula y la escena que es tan necesario porque a veces terminas una carrera, de danza por ejemplo tras siete-nueve años estudiando, te lanzas a la vida real y resulta que no sabes si el cuerpo te responde, no conoces el ritmo laboral, etc. El abandono de las artes escénicas una vez acabados los estudios es muy alto. Hay mucha desafección por falta de trabajo o por tener que irte fuera. Si existiera ese puente sería más fácil. Nunca he entendido por qué alguien que estudia Carpintería oMetal tiene un convenio con empresas donde pasa dos o tres años, y no existe algo parecido en las artes escénicas.

Igual nunca lo han planteado formalmente.
Yo, muchas veces; desde antiguo. Y como parte de la dirección de Artesa, también en los últimos cuatro años. Lo que proponemos es ser un interlocutor fuerte para acoger egresados, hacer obras específicas para ellos, etc. 

Ha mencionado los Circuitos Escénicos, cuya reforma fue polémica por la queja de las compañías no profesionales, que quedaban fuera.
Sí, pero Artesa se reunió con ellos y les hicimos ver que eran momentos duros, que teníamos que mantener familias y empleos, y que ellos tenían sus trabajos al margen. Quisimos profesionalizarlo y les ayudamos a crear un circuito aparte.

Hay que fortalecer los Circuitos Escénicos con los programas de Europa para llevar la cultura al ámbito rural»

Hay una crítica recurrente: las trabas burocráticas para trabajar con la administración, ¿qué se puede hacer?
Pedir créditos -ríe con cierta sorna-. A nivel regional se ha mejorado bastante y las diputaciones trabajan bien, no tanto los ayuntamientos.

¿Hay forma de que Artesa tenga voz en el Estatuto del Artista?
Tenemos un representante a través de FAETEDA, la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza. Es muy importante estar ahí porque no es igual la mirada de un tipo de Madrid que la nuestra. Aquí tenemos 400 kilómetros de distancia entre un pueblo de Ponferrada y otro de Soria. Y eso lo complica todo.

¿Dónde les falta presencia?
En el FACyL. Tenemos que estar dentro del festival. Aunque lo que le falta a la cita es personalidad.