Villafría aumenta su actividad aun sin vuelos comerciales

D. ALMENDRES / Burgos
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El número de pasajeros hasta septiembre creció un 58% y la dotación recupera terreno a otros aeródromos sin líneas regulares

Imagen de los pasajeros que tomaron el avión desde Villafría con destino a Málaga el pasado mes de marzo. - Foto: Christian Castrillo

En menos de dos meses se cumplirán dos años del último vuelo regular registrado en el aeropuerto de Villafría, una infraestructura que se adapta a las circunstancias actuales para aumentar su actividad y buscar soluciones de futuro.

Alejado del trajín habitual de la mayoría de los aeropuertos españoles, el aeródromo burgalés busca su lugar en la red nacional con la ayuda de la escuela de pilotos y con la presencia de aerotaxis, de ambulancias y de aviones contra incendios, militares y de la Organización Nacional de Trasplantes, así como de vuelos privados y de Estado.

Los viajes programados en los últimos meses a Sicilia, Escocia o Málaga sostienen este aumento aún testimonial que, sin embargo, puede marcar el camino a seguir. Los 2.098 pasajeros sumados en un pésimo 2022 han dado paso a los 3.609 contabilizados hasta el momento.

La iniciativa privada impulsa el ligero repunte estadístico de Villafría, una dotación que ha pasado de tocar fondo para aumentar el tráfico de pasajeros durante los primeros nueve meses del año en un 58% con respecto a todo 2022. El último ejercicio, el peor desde la puesta en marcha del aeropuerto en el ya lejano 2008, da paso a una nueva etapa en la que se hace con un lugar destacado entre aquellas alternativas sin vuelos comerciales.

De hecho, algunas infraestructuras se han reconvertido. Es el caso de la de Teruel, que ahora es un taller y un centro de estacionamiento de aviones. Mientras, el Ayuntamiento de Huesca se reunió el pasado invierno con Aena en busca de soluciones para un aeropuerto que durante los nueve primeros meses de este año apenas suma un total de 137 pasajeros.

En este sentido, Albacete es otra infraestructura que busca un impulso después de una década sin vuelos comerciales. Si en el último año se quedó en 858 pasajeros contabilizados, la reciente activación de los vuelos chárter con destinos internacionales como Egipto, Budapest o Estambul promete mejorar los registros de un aeródromo que al inicio de la campaña de verano no llegaba a los 900.

Villafría también recorta terreno a otras dotaciones como la de Córdoba, con 3.500 usuarios hasta julio. Sin embargo, este aeropuerto avanza en su estrategia para conseguir en un futuro cercano vuelos comerciales que le permitan alcanzar los 100.000 pasajeros al año.

Aunque en esta relación también se encuentran otras opciones como los aeródromos de Son Bonet (en Mallorca) o Madrid-Cuatro Vientos, la terminal burgalesa sigue su camino tomando como referencia los números de Sabadell, con 4.000 pasajeros hasta verano, o Logroño. Esta base (11.800 en 2022) y la de Salamanca (13.033) son las que marcan el corte con los aeropuertos que no solo disponen de actividad comercial, sino que en este año presentan una mayor oferta de vuelos regulares.

De momento, la evolución de Villafría en el futuro cercano dependerá exclusivamente de la iniciativa privada debido a que el actual equipo de Gobierno municipal es partidario de no entrar en pujas con las compañías para operar desde la capital. La presencia de FlyBy permite que el aeródromo destaque con 17.959 operaciones anotadas en el año en curso.