La helada provoca daños en 2.120 hectáreas de viñas en Ribera

L.N. / Aranda
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El frío del 17 de mayo ha afectado al 11% de la superficie total que la DO tiene en la provincia de Burgos

La helada provoca daños en 2.120 hectáreas de viñas en Ribera - Foto: L.N.

La helada que se registró en la madrugada del 16 al 17 de mayo ha afectado finalmente a un total de 2.120 hectáreas aseguradas de viñedo, que se reparten en cerca de 4.200 parcelas por diversos municipios de toda la Ribera del Duero. Esta es la cantidad global que suman los partes de siniestro que han recibido por el momento en Agroseguro, donde ya el jueves, apenas un día después del hielo que golpeó a las viñas, indicaron que había unas 950 hectáreas con daños pero remarcaron que la cifra subiría a lo largo del fin de semana.

Así las cosas, la helada ha provocado daños en un 11% de la superficie inscrita en la Denominación de Origen Ribera del Duero. Según los datos del Consejo Regulador, la provincia de Burgos cuenta con 18.777 hectáreas, de las cuales 2.120 se han visto afectadas.

En total, esta helada ha dejado, por el momento, daños en 3.350 hectáreas de Castilla y León. Desde Agroseguro detallan que "la mayor parte de ellas en Burgos" y el resto de la superficie siniestrada se reparte entre Valladolid, Soria, Segovia, Palencia y Ávila.

El grueso de los partes se concentra en localidades como Quemada, Villanueva de Gumiel, Baños de Valdearados o Gumiel de Izán, aunque también en La Horra, Nava de Roa o Fuentecén. Algunos viticultores como David Izquierdo explican que en Quintana del Pidio "la helada se ha llevado parcelas enteras en las zonas bajas y junto al río". En algunos casos, estima que el daño podría ascender a un 70%. En una de sus parcelas, calcula que en torno a un 60% ha quedado "tocado, tocado".

A partir de ahora, Izquierdo apunta que se centrarán en la poda en verde, pero solamente tocarán la parte del tronco. Se trata, según sostiene, de "intentar salvar las próximas vendimias, no esta". Todo ello a la espera de que llueva y que así que pueda aumentar la vegetación de la planta. "Como tienen tanta sed, están en una parada extraña", afirma Izquierdo. Este viticultor ribereño confía en que las viñas viejas se puedan recuperar, pero considera que no sucederá lo mismo con las jóvenes ya que "con una helada como la del miércoles, con casi tres grados bajo cero, es difícil que tiren para delante". Tal como detalla, "buena parte de capa cepa está fundida".

Tormentas a la vista. Por otra parte, David Izquierdo espera que esta semana por fin llueva, pero teme que con el calor las precipitaciones lleguen con granizo. "Todo lo que sea agua va de maravilla", aunque advierte de que estamos en "la peor semana del año".